Capítulo 4: cruz del norte

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JESSICA:

Estaba en el furgón de policía que me estaba transportando a la cárcel de mujeres de Cruz del norte, intentaba ver algo por las rendijas de las ventanillas del furgón pero era imposible ver nada, solo veía entrar la luz del sol entre esas rendijas. Mientras me llevaban a aquella tortura de jaula iba con la cabeza apoyada en los laterales de la pared del furgón pensando quien sería le malparido que me entrego a la policía, la primera persona que se me ocurrió fue a la persona que le había vendido la droga, que me hubiese tendido una trampa y haya sido un colaborador de la policía española. Pero luego me quede pensando un rato más... Calvo esos días estaba muy raro no paraba de recibir llamadas al celular y según él, todas esas llamadas eran importantes...

De repente el furgón pega un frenazo y me hace pegar fuerte con la cabeza en la pared del auto que me llevaba a cruz del norte, y de repente salí de mis pensamientos internos. Levante la cabeza un poco dolorida por el golpe, y veo entrar al furgón a un hombre alto, con gafas, lleva un traje, y por lo que pude oír tenía un acento latino. El hombre entro al furgón y camino hacía a mí.

- Bienvenida a cruz del norte. –dijo ese hombre con acento argentino.- creo que tu nombre es Jessica, ¿no? –pregunto.-

Yo asentí con la cabeza.

- No tienes un historial muy bueno que digamos , por lo que veo en tu historial, te dedicas al narcotráfico... y a cualquiera que te ponga por delante lo matas. –dijo mirando el informe que lleva en sus manos.-

Yo no me miraba ni si quiera, miraba hacia un lado, como si no me importase.-

- Bueno me presento, yo soy Sandoval el director de cruz de norte, también soy el médico y el psicólogo del penal. –dijo con una leve sonrisa de lago.- si necesitas algo lo que sea me puedes buscar y yo te ayudare.-

Ese hombre solo con verle la cara me daba asco tenía cara de violador, pervertido, serdo, y todo lo malo que hay en el mundo lo tenía ese hombre en la mirada, y ese que aún no le conocía.

Me llevaron dentro de la cárcel, iba escoltada por dos funcionarios, de los cuales no sabía en nombre de ninguno de los dos, uno lleva gafas y está un poco gordito, no tiene pinta de ser mala gente ni de que te pegue por cada movimiento que tu hagas. El otro era alto, llevaba en pelo corto y tiene le pelo castaño, se le marcan los músculos en los brazos y para mi gusto no era feo.

Me llevaron a la entrada donde hay un presa recogiendo tus pertenencias y dándote lo necesario para que estés ahí dentro encerada. Ella me hablaba, pero yo hay no iba a hacer amigos y menos de campamento, yo solo quería salir de esa miera ya.

- Hola, me llamo Esrefania, pero todos me llaman rizos.-

Le lance una falsa sonrisa y le dije: -encantada, yo soy Jessica. – dije manteniendo esa falsa sonrisa.

Un funcionario guapo digamos así me cogió del brazo y me dijo:

- Vamos diabla entra hay dentro que te van a revisar, te cambias y tiras cagando ostias para acá. –dijo en hombre empujándome mientras caminaba.-

Me pare en seco, y le pregunte dándome la vuelta para verlo:

- Oye, usted como se llama. –dije mirándolo para que hablar.-

- Me llamo Antonio Hierro, pero aquí todos me conocen como Hierro.-

- Acá todos tienen un alias o como así. –dije caminando y riéndome al mismo tiempo.-

- Sí, al parecer sí. –Dijo hierro mientras me seguía empujando.-

Llegamos a una sala donde había una chica, tendría alrededor de 34 años.

ZULIABLA - Zulema X Jessica Beltrán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora