Capítulo 26: Volarte las pelotas.

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Jessica:

Chalo me había agarrado con rudeza del cabello, haciendo que llevará una de mis manos a la suya con intención de que me soltarla. Pero me agarraba tan fuerte que me comenzó a arrastrar hacia él y de nuevo hacía la cama.
Prácticamente me tiro en esta, y por toda la rabia que ahora, Chalo llevaba dentro, comenzó a golpear mi cuerpo, haciendo que me extremeciera de dolor en la misma cama.
Siguió golpeandome hasta que sentí un impacto en la cara. Este hizo que perdiera la consciencia de inmediato, y en ese momento deje de sentir y de padecer.

...

No se cuanto tiempo llevaba inconsciente, lo último que recuerdo es que Chalo estaba encima mío golpeandome y a punto de abusar de mí.

Comencé a abrir  los ojos poco a poco, mientras movía mi  cabeza de lado a  lado bastante aturdida aún. Lo primero que sentí al despertarme fue un dolor en mis muñecas y costados. Eso era el dolor físico que más resaltaba de mi cuerpo.
Levante la cabeza ya con los ojos abiertos y analice todo, seguía en la misma habitación en la que Chalo me había llevado, es decir, en la suya.

Intente moverme, pero salió en vano, ya que estaba atada al cabecero de la cama y estaba en ropa interior. No recuerdo nada.
Cuando moví mi cuerpo para intentar soltarme de las ataduras, note un fuerte dolor en mi zona baja. Levante la cabeza de nuevo y mire hacía abajo. Estaba con las bragas movidas hacia un lado, en ese momento supe lo que había pasado.

Oí una voz que atrajo mi atención, gire mi cabeza hacia donde provenía esa voz  y lo vi a él, sentado en unos de sus lujosos sillones observando la escena mientras fumaba y tomaba tequila.

- bueno días, diablita ¿que tal durmió la bella colombiana? -dijo con un su acento mexicano. Yo solo intente volver a soltarme, tirando de las cuerdas atadas a mis muñecas, todo en falso, ya que no conseguí nada.

Volví a voltear la cabeza, quedando mirando al techo esta vez. Escuche que posaba el vaso y se levantaba de su asiento suponiendo que se dirigía hacia mi...

- sueltame... -dije con un chorro de voz casi inaudible. No tenía a penas fuerzas ni para hablar.

por supuesto que te voy a soltar... Pero más te vale no abrir esa linda boquita por que te arrepentiras bien diabla....   - amenazo y comenzó a desatar mis muñecas, yo estaba sin habla, sin fuerzas. Así que nada más que me desato, me levante como pude pero apresurada, tape mi zona con mis manos y cruce las piernas. Al ver que no hacia nada, ni si quiera reaccionaba, cogí mi ropa apresurada y salí de la habitación y me fui a buscar la que supuestamente era la mía.

Zulema: 

Me desperté a la mañana siguiente en la habitación en la que me habían dejado Jessica y chalo, no supe más de ellos. Me desperté por los rayos del sol y lo primero que hice fue hacer un barrido con la mirada a toda la habitación, no me fiaba  del tío ese ni un pelo.
Me levante de la cama y me metí al baño a darme una ducha. Según encendí el grifo, el agua comenzó a caer por todo mi cuerpo. Sentía cada   gota hacer contacto con mi cuerpo, estaba totalmente  sumergida en mis pensamientos y en una felicidad inmensa. Había conocido a una persona que me hacía feliz, tengo, sobre todo, mi libertad, aún que supiera que nunca sería libre del todo.

Todo parecía ser tan bonito y tan tranquilo, y haber tanta paz...
Hasta que oigo un fuerte estruendo en  la puerta de mi habitación que me hace salir de inmediato de mis pensamientos. Salgo de la ducha apresurada y enrosco una toalla en mi  cuerpo y salgo con cuidado del baño para no ser vista.
Fijo mi vista en la habitación, y lo primero que veo es la cama y el armario que esta a la par de ella. Abro un poco más la puerta, y asomo mi cabeza del todo, hasta que veo Jessica pegada a la puerta y sentada en el suelo con la  cabeza entre las piernas.

Me apresuro a acercarme a ella y preguntar que cojones es lo que había pasado.

- diabla, joder, ¿que ha pasado? ¿Y ese golpe? -observe que venía en ropa interior y con el vestido en las manos.

- ... - la diabla no musito palabra solo oía, ahora, pequeños sollozos que salían de ella.

- Jessica por favor, que ha pasado... ¿Y por qué coño lloras? - la diabla levanto la cabeza de entre sus piernas, dejando ver su rostro lloroso y esta vez pude ver algo más. Tenía el labio reventado y salia sangre de entre la comisura de sus labios. Acerque mi mano hacia su cara para limpiar la sangre que corría por su cara, y de un moviento seco, aterrador y rápido, se separó de mi.
Dude un momento lo que había pasado. Pero, ¿que otra persona podría haber pegado a Jessica sin que ella no le haya vaciado el cargador de la pistola en la cabeza?
Por supuesto que chalo.

-Jessica por favor, se que fue chalo, pero tienes que decirme y contarme que te hizo para ayudarte. Por favor.... -dije esto último en un susurro y casi que sonaba a suplica. No voy a negar que me jode verla así de mal y de demacrada.

-si, fue chalo... - fue lo único que musito, consiguiendo que me inquietara y me pusiera más nerviosa aún.

-ya diabla, que fue chalo ya lo se. Pero tienes que decirme que hizo. -dije nerviosa.

- me... Paliceo.... -hubo un silenció de unos segundos que a mí se me hizo casi infinito. -y creo que... A- abuso de mi... -tartamudeo un poco en esa palabra. Me temía lo peor, como que la violara ese hijo de puta. Pero, ¿pegarla?

-diabla... Ven vamos a darnos una ducha y miramos a ver que heridas tienes. -la cogí por los brazos para ayudarla a levantarse y ella temblaba ante mi tacto, cosa que me dio mucha rabia, ya que iba a matar a ese hijo de puta.

Caminamos hacia el baño y cerré la puerta tras de nosotras una  vez que entramos en este, quite con cuidado de no asustar más a Jessica, el vestido que traía entre sus brazos tapando su cuerpo. La miraba con cara de preocupación, y cruzabamos miradas que parecía que las dos ibamos a romper a llorar en cualquier momento.
Conseguí quitar su vestido y lo deje a un lado y quedo en ropa interior, expuesta a que la viera. Tenía golpes por, literalmente, todo el cuerpo. Su ropa interior de encaje blanco tenía manchas de sangre, eso la parte de arriba. En cuanto enfoque mis vista en su zona baja vi que tenía los muslos con algo de sangre, y su braga al igual que sus piernas. Llenas de sangre.

-necesito, desnudarte, pero si lo quieres hacerlo tu mejor... Es para que no te sientas incomoda y no me tengas miedo... -musité. Ella asintió  con la  cabeza, dando acceso a que yo lo hiciera. En ese momento, cuando empecé a quitar el resto de su ropa despacio, me acordé de las muchas veces que me vendió mi madre y fui violada. La herida de eso ya la tenía más que asumida. Pero si dije, que cualquier hijo de puta que me cruzara que abusar de una mujer, le volaba las pelotas. Y eso es lo que voy a hacer con este ser tan despreciable. Volarle las pelotas.

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Aquí otro capítulo, este es más corto que el anterior. Pero decirme que os parece. Y si os gustan más largos o cortos. Bueno, os quiero mucho y espero que disfruteis. 💓

ZULIABLA - Zulema X Jessica Beltrán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora