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Lys se encontraba recostada en mi hombro profundamente dormida, realmente se ve demasiado tierna en esa posición

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Lys se encontraba recostada en mi hombro profundamente dormida, realmente se ve demasiado tierna en esa posición.

—Chicos, creo que ya es hora de llevarla a casa —me moví delicadamente para no despertar a la linda chica.

—Es cierto —hablo Nam— Casi van a ser las 10pm.

—¿Necesitas que alguien te acompañe Jimin-nah? —dijo Jin mientras encendía las luces de la sala.

—Yo quiero ir —dijo Jungkook— Te acompañare.

—Bien —cargue a Lys entre mis brazos— Vamos.

Jungkook iba abriendo las puertas a mi paso hasta llegar al auto. Acosté a la chica en los asientos traseros y me subí en el asiento del copiloto, el castaño arrancó y nos dirigimos al departamento de Lys.

Me quedé observándola todo el camino, está chica es tan hermosa que podría pasar horas solo mirando lo perfecta que es.

—La vas a gastar de tanto mirarla —soltó una risa— Ya llegamos.

—Bien —asentí mientras sonreía— ¿Puedes bajar y tocar el timbre?

Él se quedó un momento pensando, hasta que por fin asintió y salió del auto.

Espere unos minutos y baje del auto, seguido tome a Lys entre mis brazos nuevamente y me dirigí a la puerta donde Jungkook se encontraba.

—¿Y Zoe? —dije buscándola con la mirada— ¿Por qué no ha bajado?

—Porque no he tocado —respondió con la miraba al suelo.

—Vamos, Kookie ¿Que esperas? —dije curioso.

Él tomó una bocanada de aire y la soltó luego de unos segundos, subió su cabeza y pude ver como estaba ligeramente sonrojado, con uno de sus temblorosos dedos tocó el timbre.

Cuando Jungkook era más pequeño le tenía pánico a las mujeres, pero pensé ya lo había superado.

Sonó repetidamente hasta que al fin contestó.

—Diga —se escuchó la voz de Zoe por la bocina.

—S-soy J-Jungkook —hablo rápido— Estoy aquí con Jimin y Lys... Ella se quedó dormida.

—Entiendo, ya bajo.

—¿Qué fue eso? —solté una carcajada.

—No lo sé —rasco su nuca— ¿Sone como un tonto, cierto?

—Definitivamente, sí —reí nuevamente.

—Ah —puso una mano en su frente— Ya Jimin-ssi, no te rías.

¿Será que este chico al fin se había fijado en alguien? En eso sonó la puerta y vimos una Zoe semi-dormida abrir la puerta principal.

—Hola chicos —sonrió.

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