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Jimin se acercó rápidamente a mí y me abrazó por los hombros

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Jimin se acercó rápidamente a mí y me abrazó por los hombros. Escuché como Namjoon pidió a todos los trabajadores que salieran del lugar y quedamos solamente los chicos y yo.

—Ya puedes hablar, linda —dijo Jimin— Aquí estoy.

Baje la mirada, no podía parar de llorar. En eso sentí como uno de ellos me tomó el brazo que James había lastimado.

—¿Quién te hizo esto? —habló Yoongi mientras veía la marca de los dedos de aquél chico en mi piel.

Jimin me soltó y vio de lo que Yoongi estaba hablando, levanté la vista y él me miraba con los ojos abiertos. Los demás chicos se acercaron a ver y quedaron igual de sorprendidos.

Solté un suspiro y sollocé.

—Fue James... —lágrimas seguían bajando por mis mejillas.

Vi como SeokJin miró a Namjoon y luego a Jimin.

—Ven —se acercó Hoseok y me tomó suavemente del brazo que no estaba lastimado— Siéntate acá.

Me levanté con su ayuda y me dirigí con él a un sillón del lugar, vi como Jimin, SeokJin y Namjoon hablaban entre ellos en voz baja.

—Toma —me dijo Jungkook al entregarme un vaso con agua.

—Lys —esta vez hablo Taehyung— No estoy entendiendo, ¿quién es James?

Me dispuse a beber agua mientras Hoseok, Yoongi, Jungkook y Taehyung sentaron alrededor de mi en espera a que dijera algo, luego de terminar con el agua les conté toda la historia.

Ellos se miraron entre sí muy sorprendidos, pero no dijeron nada. Namjoon y SeokJin se acercaron y se sentaron con los demás chicos, Jimin se puso frente a mi y se agachó para estar a mi altura.

—Mi amor —hablo Jimin— ¿A donde fuiste sola?

—Fui a buscar mi comida —sorbí mi nariz y señalé la bolsa que estaba tirada en frente a la puerta de entrada.

Todos voltearon a verla. Jungkook se acercó, tomó la bolsa y la revisó.

—¡No puede ser! Se ve rico hasta destrozado —se quejó— Había mochis también, que desperdicio.

Todos soltamos una corta risa.

—Vamos a comer y allá hablamos —dijo Jimin— ¿Qué te parece?

—Está bien, Minnie —sonreí débilmente.

Todos nos pusimos en pie y nos dirigimos a el restaurante de comida rápida favorito de los chicos. Al llegar pedimos nuestra comida y mientras esperábamos el silencio reinaba en nuestra mesa.

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