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La azabache se encontraba en su ahora nueva habitación, en pijamas (la que obviamente era ropa de Jimin)

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La azabache se encontraba en su ahora nueva habitación, en pijamas (la que obviamente era ropa de Jimin). Jin y Hoseok ya le habían traído algo de ropa, entre otras cosas que eran realmente vergonzosas, pero necesitaba. Aún así prefería usar la ropa del rubio.

Jamás en su vida pensó pasar por algo parecido a esto, era una total locura. Ella era hija única, nunca antes había convivido con hombres, a excepción de su padre y James, pero con éste nunca hubo tanta cercanía y mucho menos como para estar durmiendo en el mismo lugar, pero ahora se encontraba viviendo en casa de ¡Siete chicos!

Entre tantos pensamientos suspiro y pudo sentir el aroma de Jimin en la ropa que llevaba puesta, se acurrucó y se quedó profundamente dormida.

Al día siguiente

Se despertó y fue directo al baño, que estaba en su habitación. Cepilló sus dientes y se dio una ducha, se vistió con algo cómodo y salió de la habitación.

No parecía haber ningún movimiento en toda la casa, así que fue a la cocina por un vaso con agua. Al llegar vio a Jimin con su rostro lleno de harina y la cocina hecha un desastre.

—¿Pero qué pasó aquí? —se acercó a Jimin.

—Intentaba hacer el desayuno para llevártelo a la cama, pero esto es muy difícil —hizo un puchero.

—Oh, Minnie —soltó una carcajada y sacudió un poco su ropa. Se puso de puntillas y sopló su rostro, luego con sus dedos quitó el resto de harina.

Él solo miraba atentamente el rostro de la chica mientras tenía una amplia sonrisa.

—Listo —dijo al terminar— Ahora te ayudaré con todo esto.

Se dio la vuelta, tomó un delantal y se lo puso y Jimin la abrazo por la espalda

—Antes de empezar, dame un beso de buenos días —le dio la vuelta.

Se acercó lentamente a sus labios y la azabache no se hizo esperar cortando la distancia. Era un beso suave y lento, estaba cargado de todos los sentimientos que aún no se terminaban de decir.

—Vaya, vaya —se escuchó la voz de SeokJin.

Ambos se sorprendieron y se separaron enseguida.

—Los vigilo, eh —los señalo amenazante— Esperen un momento ¿¡Que le hicieron a mi cocina!?

—Fue Jimin —la chica señaló al mencionado.

—¡Oye! —se quejó el rubio y la miró con los ojos abiertos, la azabache solo se limitó a encogerse de hombros.

—Te lo creo —el peli rosa negó con su cabeza— ¿Que estabas intentando hacer?

—Unos hot cakes... —rasco su nuca.

Leidys y SeokJin soltaron una sonora carcajada.

—No se burlen —hizo un puchero.

—Okey, okey la intención es lo que cuenta —la azabache besó su puchero y él se sonrojó de inmediato— Así que gracias por intentarlo.

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