021.

7 2 0
                                    

—¡Jimin-ah! —corrió y se tiró a los brazos del mencionado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Jimin-ah! —corrió y se tiró a los brazos del mencionado.

—Preciosa —le tomó con delicadeza por la cintura y la cargo.

La chica río los pocos minutos que estuvo en el aire, hasta que fue dejada nuevamente en el piso.

—Jimin —sonreí— Te amo.

—Yo te amo más, Lys —se acercó lentamente a su rostro.

Ella hizo lo mismo hasta que sus narices quedaron juntas, iban a acortar la poca distancia que quedaba pero empezó a hablar.

—Piojito —dijo y la azabache paró en seco y se alejó, rápidamente su silueta desapareció y todo se volvió negro.

Abrió sus ojos y lo primero que vio fue a James viéndola con una sonrisa que le provocó escalofríos.

—Piojito —el azabache no apartaba la mirada— Ya despertaste, buenos días.

Frotó sus ojos con cansancio, había sido solo un sueño. Debía volver a su realidad justo ahora, por su bien.

-—Buenos días —dijo en un susurro y él la fulminó con la mirada— B-buenos días, osito —se apuró a decir.

James sonrió, se sentó en la cama y le extendió un bandeja.

—Te traje el desayuno.

—Tengo las manos atadas —dijo mostrando el amarre.

—Cierto —dejó la bandeja a un lado— Ya te ayudo.

Se acercó a sus manos y en reflejo la chica las alejó, pero él gruñó y se las extendió rápidamente. Quitó la soga y la dejó a un lado.

Leidys miró sus muñecas, estás tenían moretones debido a la presión y dolían

—Come ya —sentenció, y la chica sin dudar empezó a comer.

Terminó todo lo que estaba en la bandeja sin poner pero, sabía que si se quejaba no le iría bien. Aunque para su suerte, no sabía mal.

—Muy bien, ahora —dijo tomando la bandeja y poniéndola en la mesa de noche.

Se acercó a las piernas de la azabache, provocando que ésta se tensará. Él soltó una corta risa y se dirigió al amarre que tenía en los tobillos y lo soltó.

—Ve a darte una ducha —dijo dejando la soga a un lado— Todo lo que necesitas está en el baño.

Luego solo se levantó de la cama, tomó la bandeja y salió de la habitación. Se pudo oír cómo cerraba la puerta con llave.

Leidys se levantó de la cama y fue al baño. Había un lavabo, un retrete, la ducha y un estante, todo era realmente estrecho.

Revisó las repisas y se encontró la ropa que había dejado en casa de su madre antes de su viaje. No sabía cómo la había conseguido, pero era un hecho que ese hombre estaba totalmente loco.

My Perfect Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora