Pasó un año, extrañamente el tiempo suficiente para construir una máquina de clonación completamente funcional, la cual, era capaz de clonar organismos tan complejos como ratas de laboratorio de diferentes tamaños, así que estaba completamente listo para probarlo en humanos, y el primer sujeto de experimentación humana sería el.
En dicho tiempo, su relación con Dennis evolucionó, pues ambos admitieron sus sentimientos, y cada día aprendían uno del otro cada vez más, al punto en el que, con un solo rose con su mano, era suficiente para que Archi se calmara cuando tenía sus rabietas. Se volvieron tan cercanos, que, en ocasiones, él iba a dormir a su casa, y viceversa, todo pintaba muy bien entre ellos dos, hasta que el experimento falló.
Una tarde, Marian salió de compras, encontrándose en el camino con Dennis, ambas se dirigían a casa de Archi, sin saber lo que ocurría en el sótano, lugar en el que Archi trabajaba en sus inventos.
Archi se metió desnudo en la máquina de clonación, no sin antes programarla para abrirse una vez el proceso hubiera terminado, puso una cámara de grabación frente a su máquina, para documentar absolutamente todo su experimento. Cerró la puerta, el proceso comenzó, sentía un poco de dolor, y, al ser una clonación por bipartición, sentía raro que algo saliera de él.
Dennis y Marian entraron a su casa, llamaron a Archi, y al no recibir respuesta, se alarmaron un poco, en especial Marian, quien, bajó en seguida al sótano, para comprobar que estaba bien, pero lo que encontró fue algo con lo que no supo reaccionar, pues la puerta de la máquina estaba completamente abierta, y había un Archi al lado del otro, eran dos individuos con exactamente la misma apariencia física, pero ambos estaban desmayados. Con ayuda de Dennis, los llevó a la cama del niño, los vistieron y esperaron a que despertaran.
Pasaron unos minutos, y ambos recobraron la conciencia poco a poco, al abrir sus ojos, ambos sintieron como si hubieran despertado de un profundo y largo sueño. Archi se sentía muy tranquilo, sentía que su alma volvía a cobrar la felicidad que desapareció al ver el cuerpo de su padre en la morgue. Por otro lado, el comportamiento de su clon parecía normal, sin embargo, Marian pudo ver en sus ojos esa mirada que Archi tenía desde hace meses, una mirada llena de frustración y tristeza, a pesar de que el ahora nuevo individuo era muy educado, igual que Archi.
Estoy un poco confundida -dijo Dennis para romper el silencio incómodo que había aparecido hace algunos segundos- ¿Como los debería llamar? ¿Archi uno y Archi dos? -dijo en un tono de burla-.
No hace falta -contestó el clon con una sonrisa en el rostro- mi nombre es Damián -dijo presentándose ante todos-
Pasaban los meses, y Marian los trataba a ambos como si fueran sus propios hijos, les enseñaba cosas mucho más complejas acerca de química, cosas que unos niños de su edad no aprenderían fácilmente. A pesar de su mirada fría y analítica, y de su personalidad sería, Marian se comportaba como la cálida madre que ambos siempre necesitaron, y, a la vez, era como una estricta profesora, que cada vez les exigía más a sus alumnos favoritos, incluso, comenzó a entrenarlos físicamente, pues ella estaba segura de que así sus inventos serian potenciados. Todo esto, hizo que las mentes de ambos sustituyeran a su más grande ídolo "la destructora" por la imagen de a quienes ellos consideraban como algo más que una profesora, una madre. Ella fue pieza fundamental para el siguiente proyecto de sus jóvenes alumnos, pues Archi comenzaría a seguir su propio sueño, el de manipular sus átomos, teniendo como límite a su propia imaginación. No es secreto para nadie, que dos mentes piensan mejor que una, por ello mismo, la investigación de Archi daba pasos agigantados gracias a la ayuda de Damián, quien compartía la misma pasión por el proyecto. Lo llamarían "copilli" pues éste era el nombre original de los penachos prehispánicos utilizados por los antiguos Tlatoanis, y, por qué su boceto final tenía forma de una coronilla.
ESTÁS LEYENDO
Gaia: Neogenesis
Science Fiction10 personas, lo mejor que puede ofrecer la humanidad, conocidos como "los guardianes de Gaia", son los encargados de mantener el balance en el planeta y preservar la vida de quienes habitan ahí, lo cual, no es una tarea fácil, por ello, solo pocos t...