Capítulo 20: Ganador

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En un mundo pacífico, donde todo mayormente era selvático o boscoso, una especie se levantaba entre todas, eran los ignugar, quienes tenían la superioridad en su planeta, comenzaron a asentarse poco a poco, dejando de lado sus vidas nómadas, eran una raza de guerreros, pero ellos no iban conquistando, ellos utilizaban la guerra para conseguir comida, era su medio para establecer relaciones políticas con otras tribus de su misma especie, cada uno de ellos, había nacido con un poder especial, como el de controlar los elementos o ser demasiado veloces.

Pero una vez llegó con ellos un ente malvado, el cual, los sometió, los convirtió en sus gladiadores, y les dio armaduras que canalizaban sus poderes en una sola cosa: sus músculos, hizo que se convirtieran en la especie conquistadora como todos los conocían, despojándolos de su planeta y todo lo que en el habían construido.

De entre todos ellos, nació Yen, quien desde pequeño comenzó a entrenar su cuerpo, él había nacido con la habilidad de materializar la energía de su interior, la cual entrenó día y noche, el soñaba con ser el mejor conquistador jamás conocido en el universo.

Cuando cumplió la edad suficiente para salir a conquistar planetas, le otorgaron su armadura, la cual restringió los poderes de materializar la energía, pero en una batalla, en la cual estuvieron a punto de perder, el sobrepasó la capacidad de su armadura, y liberó su verdadero poder, ahora no solo tenía la súper fuerza que le daba la armadura, y la velocidad en la que eran entrenados los ignugar, también tenía un poder inigualable.

La vida promedio de un ignugar era de 500 años, Yen apenas tenía 300 en su segundo ataque a Gaia, 300 años en los cuales, perdió solo una vez, peleando contra 10 humanos habilidosos al mismo tiempo, y ahora, en este momento, un hibrido le estaba dando tantos problemas como el jamás imaginó.

Ambos lanzaron un golpe con toda la fuerza que tenían en ese golpe estaba el futuro de la humanidad, Archi concentrando en su guante toda la energía espiritual y almacenada que tenía, y Yen concentró en su puño toda la enorme reserva de energía que le quedaba, y al chocar ambos golpes, una fuerte luz los rodeó a ambos, una luz donde Archi tomó su verdadera forma, pues él era Metatron, el Arcángel definitivo.

Yen, tú no eres rival para mí, me has desafiado, y es hora de que pagues las consecuencias –decía el guardián con una voz que hacía que el ignugar temblara de miedo-

Yen levantó el rostro, a pesar de estar en la situación en la que estaba, él tenía la seguridad de una sola cosa; solo se arrodillaría ante su señor Yum-Kimil.

Si me vas a matar hazlo, no suplicaré clemencia –dijo el ignugar sin bajar el cuello ni un milímetro-.

¿Sabes? Si Yum-Kimil hubiera venido en persona, yo jamás le hubiera podido hacer frente en este estado –dijo Archi, pues en el centro de su cuerpo había una melodía que rodeaba a una persona, esto daba a entender que esa persona retenía la totalidad de su poder-

Cuando la esfera de energía luminosa se desvaneció, Archi salió del trance, parecía no recordar nada de lo que pasó, lo último que recordaba era que estaba peleando en igualdad de condiciones con Yen.

Por otro lado, el ignugar estaba en el piso, tenía heridas graves en todo el cuerpo, a penas y podía sentir sus músculos.

Date por vencido Yen, retira a tu ejército de este planeta, dime todo lo que sabes y te dejaré ir con vida –dijo Archi acercándose a Yen, pudiendo caminar apenas-

¿Decirte todo? No tienes ni idea, cuando sea el momento, nada podrá detener el apocalipsis, jamás estarás preparado para lo que te espera –dijo el ignugar, que estaba a un paso de la muerte- Salve Yum-Kimil –fueron las últimas palabras del general, quien, con sus últimas fuerzas, lanzó un ataque directo a su corazón, deteniendo por fin sus latidos.

Archi se quedó un par de segundos en silencio, pues Yen era el primer rival honorable que tenía, en ese momento sintió como si su cuerpo explotara, pues él no lo sabía, pero el poder que acababa de brotar de él, era tan explosivo que, si se usaba sin entrenarlo, podría hacer que los músculos de todo su cuerpo, incluidos los de su corazón, acortando su tiempo de vida, pues un humano en Gaia vivía en promedio 150 años, pero ahora esa cantidad había sido reducida para Archi.

En ese momento recordó algo, pues antes de entrar en el trance, vio que Doremi estaba en problemas, pero su cuerpo ahora mismo no le respondería, así que tenía que esperar hasta que pudiera caminar sin tambalearse, pero por alguna razón, muy dentro de sí mismo, sabía que Doremi se encontraba a salvo, así que solo cerró los ojos y solo se dejó caer en el suelo inconsciente.

Hora del encuentro: 3:00pm

Duración: 30 minutos.

Ganador: Archi.

Gaia: NeogenesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora