capítulo 6: Namibia

17 4 6
                                    

Todos accedieron a vivir en la misma casa, pues, pocas veces en la vida, cualquier humano podía siquiera entrar a Gaiacorp, tener acceso total a ese lugar era un sueño hecho realidad.

Archi y Damián regresaron a su casa ese día, y, una orgullosa Marian los recibió por última vez, pues sabía que ellos debían irse a vivir a Gaiacorp, y, como si fuera su propia madre, los despidió con un fuerte y cálido abrazo, sin que alguno de los tres pudiera evitar derramar una lágrima, pues, ella siempre se portó como una madre para ambos, levantándolos cuando caían, dándoles ánimos siempre que lo necesitaban, entrenándolos en el combate cuerpo a cuerpo, siendo su primera maestra en temas complicados, con la dureza de un profesor y la calidez de una madre. Dennis también estaba con ellos, pues Marian siempre fue un ejemplo a seguir para ella.

Por su parte, Doremi se despidió de su aldea, pues todos la querían y admiraban por lo que había pasado años atrás, y, por tratarse de Archi, sus padres la dejaron vivir con él con los ojos cerrados, pues se convirtió en un héroe para la aldea. Archi estaba a su lado, pues, le prometió que siempre la apoyaría, fuera a dónde fuera.

Los cuatro se pusieron a empacar, y se dirigieron a Gaiacorp, dónde un mayordomo los estaba esperando, pues él les diría en que habitaciones se alojarían. No tardaron mucho en instalarse, pues le edificio era grande, y cada quien tenía su propio espacio vital.

Después de un rato, fueron llamados a la planta baja, pues, por primera vez en sus vidas, las puertas de Gaiacorp se abriría ante sus ojos. Una vez abiertas las puertas, todos comenzaron a entrar.

Archi no solo contemplaba los grandes inventos que ese lugar tenía para ofrecerle, también observaba a sus nuevos compañeros. Buru tenía una mirada fría, pero no parecía una mala persona, Archi, al verlo, sintió que tenía un gran corazón detrás de ese frío semblante. La mirada de Andy era como la de Buru, pero la de ella se veía diferente, tenía una mirada triste, casi ausente, pero eso no impedía, que en sus ojos se reflejará el entusiasmo de estar allí. Nuba parecía una persona seria, pero a la vez amable, aún que sus ojos se veían también atraídos hacia las mujeres, parecía que nunca había visto a una en su vida. Anansi parecía tener la curiosidad de un gato, y no solo eso, pues sus orejas estaban sobre su cabeza, y estaban largas y peludas, sus colmillos afilados y sus pupilas no eran redondas, más bien, tenía pupilas de gato. Liar parecía un tipo rudo de película y veía con asombro todo lo que lo rodeaba, analizando ese inmenso mundo que se abría ante él. Julia tenía una mirada parecida a la de Archi, pues se asombraba con todas y cada una de las cosas que veía y tocaba, parecía un pez debajo del agua, y se veía muy feliz cuando veía los inventos de energía que ese lugar tenía que ofrecerle.

El mayordomo les dijo a todos reunidos que, el desayuno se sirve puntual a las 9:00 horas, la comida a las 15:00 horas y la cena a las 21:30 horas, con comidas intermedias entre cada una. A su vez, les comentó que las luces se apagaban a las 22:00 horas y se encendía a las 8:00 horas.

Todos estuvieron en el laboratorio por unas cuantas horas, hasta que se oscureció, y fue momento de dormir.

Pasaron las semanas, y todo parecía normal, cada quien, con sus actividades, trabajando en sus propios proyectos, aún que, casi no parecían un equipo, más bien, parecían un grupo de extraños tratando de convivir en una sola casa. Hasta que un día, Anansi se metió a la habitación de Nuba, sin percatarse de que Doremi la había visto salir, pues esta última salió a beber un vaso de agua, así que, desde su habitación, Doremi escuchó su conversación utilizando su magia.

Te queda poco tiempo Nuba -se escuchó un tono de preocupación de una voz femenina- ya deberías decirles, son tú única esperanza

Lo sé, pero debo observarlos más, normalmente no se abren las puertas de mi tribu a cualquiera, tengo que confiar en ellos -escuchó Doremi de la voz de un hombre-

Gaia: NeogenesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora