Capítulo 17: fortaleza

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Buru estaba frente al general ignugar, el cual se distinguía de entre los demás por su cuerpo, debido a que era el más robusto de todos, era obvio que no se debía solo a su pelaje, pues debajo de esa capa de pelo, había un conjunto de enormes y poderosos músculos.

El guardián estaba en su cuarta forma, la más poderosa que su cuerpo podía aguantar hasta ese momento, pues, cuando él era niño, se consideraba a sí mismo como débil, vivió en la superficie de Gaia, en el país conocido como Naiza, en un pueblo pobre llamado Hanzai, pues ahí era donde todo el bajo mundo se concentraba, donde aquel que no tenía un fuerte instinto asesino, y era fuerte y hábil físicamente estaba destinado a la muerte. De entre toda esa maldad, nació un niño, él era hijo del conocido como "la bestia" pues era tan fuerte y sanguinario, no se conocía a nadie que haya sobrevivido a un combate contra él, tal era su fuerza, que la más poderosa organización criminal jamás conocida, llamada "yakusa", lo tenía en sus filas como uno de los tres ejecutivos más grandes, era especialista en el "puño ebrio", pues siempre estaba alcoholizado, lo cual hacía que cada que llegaba a su casa, saliera a relucir su personalidad agresiva, golpeando de forma violenta a su madre, llamada Tsubaki, una mujer bastante agraciada, delgada, de quien Buru tenía sus rasgos faciales, una piel color claro, la cual, se había tornado morada de recibir todos los días una golpiza de su esposo.

Buru no sabía defenderse, no tenía músculos grandes, y su personalidad era más bien bondadosa. Su mayor debilidad era su físico, pues él había nacido con una extraña condición, la cual le hacía tener los huesos demasiado frágiles, como si se trataran de cristal, debido a eso, él no podía ser sometido a prolongadas actividades físicas. Sin embargo, había un poder que el escondía, algo excepcional que pocos podrían llegar a tener, pues era demasiado inteligente, siempre tenía curiosidad de saber más y más del mundo que lo rodeaba, esforzándose el doble, o quizás el triple que los niños de su edad, pues se la pasaba estudiando día y noche, porque el, con ciencia conseguiría, lo que todos obtenían con una cuarta parte de su esfuerzo; sería el hombre más fuerte de la historia, llevaba años trabajando en un compuesto, no solo haría sus huesos más resistentes, también sus músculos serían llevados al límite.

Cuando su proyecto estaba completo, llegó la hora de probarlo, ese día era como cualquier otro, estaba en su habitación, tomó la pócima entre sus manos, y la bebió de un solo trago, estaba bastante emocionado, pues quería dejar de lado ese pasado que tanto lo había atormentado por años.

En ese momento, escuchó la puerta principal azotándose, era su padre, quien había llegado temprano, ebrio como de costumbre. Escuchó a su madre gritar por piedad, así que salió. Se sentía distinto después de haber ingerido su compuesto, así que no dudó en atacar a su propio padre.

Buru sabía que estaba divagando, en medio de la pelea, la cual, era de las más entretenidas que había tenido en su vida, pues pocas veces se había topado con alguien tan fuerte como su rival.

Eres fuerte humano, pero estás luchando contra Khan, el ignugar más fuerte jamás concebido en todos los tiempos, pues desde que nací, jamás he sentido el dolor –dijo el ignugar orgulloso de sí mismo-

Calla, eso no me importa en lo más mínimo, yo voy a ganarte aquí y ahora –respondió Buru demasiado seguro de sus palabras-.

Ambos atacaban con todo lo que tenían, dando y recibiendo golpes tan fuertes, que hacían que los vidrios de los edificios retumbaran con las ondas de choque, buscando una brecha para herir a su enemigo, hasta que Buru la vio, lo consiguió, pues con una mano había detenido el golpe del ignugar, y con la otra mano, le dio un golpe tan fuerte, que lo sacó volando hasta el edificio de al lado.

El ignugar se levantó, y por primera vez en su vida, sintió en carne propia lo que era el dolor, sentía como sus costillas se habían fragmentado, de su boca escupía borbotones de sangre, y estaba muy enfadado.

Gaia: NeogenesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora