Capítulo 34: ¿Qué harás ahora?

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Mago B

-tsk, son más obstinados de lo que creía.


Mago C

-quiero terminar esto de una vez.


Oyendo los gritos de queja de los magos varios soldados estacionados con el deber de protegerlos bostezan de aburrimiento. Aunque se han salvado de estar en el grupo a cargo de levantar el campamento y del primer grupo de ataque, el tener que estar junto a un montón de nobles es molesto para los soldados y generalmente apenas y tienen trabajo que hacer cuando actúan como guardias de ellos por lo que simplemente observan a los magos mover sus golems.


Soldado A

-¡oigan, parece que alguien ha salido!


Justo cuando parece que la pelea entre golems está por terminar uno de los soldados dice eso sorprendido y no es para menos pues varios soldados han salido de la fortaleza y se dirigen hacia los golems.


Soldado B

-¿acaso planean pelear contra los golems?


Soldado C

-¿están bien de la cabeza? ¿acaso es un intento de suicidio?


Los magos están ocupados en su pelea con golems por lo que no han visto a los soldados salir de la fortaleza, los soldados por su lado no consideran que sea relevante y en su lugar están más sorprendidos porque esos soldados se dirigen hacia los golems.


Soldado A

-oye, ¿no te parece raro?


Soldado B

-¿Qué cosa?


Soldado A

-esos tipos. Parece que están completamente blindados, pero aun así se mueven muy rápido.... ¡¿qué demonios?!


Los soldados de Albión ven a los soldados de Tristain pasar por la batalla de golems, aunque trataron de evitarla rodeándolos, al final terminaron en medio de ella, pero cuando creyeron que uno de los soldados sería mandado a volar por el golpe del golem el soldado lo esquivó de forma acrobática.


Soldado B

-¿¡cómo hizo eso!?


Ese soldado expresa la duda de todos y no es para menos, pues un soldado completamente blindado esquivó de forma ágil y rápida el ataque de un golem. Mientras intentan averiguar que pasó, al parecer los magos también se percataron de los soldados, pero debido a su pelea con los golems enemigos apenas y pudieron hacer algo por lo que, cuando vieron que los soldados iban hacia ellos, los soldados de Albión se pusieron en guardia para defender a los magos, pero una vez que los soldados estuvieron a poco más de veinte metros de ellos notaron la verdad detrás de esos soldados.


Soldado A

-¿¡golems!?


Tal como dijo el soldado de Albión. Lo que iba hacia ellos no eran soldados sino golems, golems del tamaño de un humano. El hecho de que se movían de forma tan fluida, así como su diseño tan fino les hizo creer que eran soldados completamente blindados, pero ahora que sabían la verdad no pudieron evitar estar sorprendidos lo que hizo que su guardia bajara un instante, lo cual resultó ser un grave error.

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