El sol está en lo alto y el frio de la mañana está desapareciendo, dentro de poco será mediodía y como ya es costumbre desde hace unos días, en la academia de magia las chicas están practicando con las mosqueteras. Después del incidente de anoche varias mosqueteras regresaron a la academia a reanudar sus actividades ahí, aunque comenzaron algo más tarde de lo habitual, el entrenamiento sigue siendo tan duro como siempre.
Mientras las alumnas continúan con su entrenamiento, a las afueras de la academia se puede ver a alguien llegando a caballo. Esta persona es Naruto.
Después de lo ocurrido en la mansión de Richemont Naruto se apresuró a liberar a los esclavos. Aunque le tenían miedo gracias a Derfflinger que podía hablar un poco su idioma todos los esclavos lograron comprender que ni Naruto ni Julio eran personas que les iban a hacer daño.
Una vez que los dos liberaron a todos los esclavos ellos los guiaron a la salida. Cuando finalmente salieron de esa habitación subterránea Naruto pudo ver mejor el estado lamentable en el que se encontraban los esclavos. No había ninguno de ellos que no tuviera cicatrices en su cuerpo, algunos de ellos aún tenían heridas frescas. Aunque esto molestó a Naruto, él hizo todo lo posible para mantener la calma.
Julio sugirió llevarlos con sus compañeros para que fueran atendidos. Derfflinger actuó como su interprete; aunque quizás interprete es decir demasiado ya que solo podía decir unas cuantas palabras y en el mejor de los casos decir una pequeña oración. Aunque no podían tener una conversación fluida, al menos eran capaces de transmitir las ideas básicas por lo que no fue un problema hacer que los siguieran hacia la mansión donde fueron atendidos por los compañeros de Julio. Mientras eran atendidos Naruto fue a la cocina por algo de comer, por su aspecto se notaba que no habían comido bien en días por lo que pensó que era lo mejor.
Entre una cosa y otra ya eran las tres de la mañana cuando terminaron todo lo que tenían que hacer. Ahora el problema era que hacer con los esclavos, aunque Naruto propuso regresarlos a su hogar, parece que no era tan simple. Al final; y con la aprobación de los esclavos, lograron acordar llevarlos a un lugar seguro.
Julio propuso una casa que había usado como base la última vez que estuvo por las inmediaciones. Al parecer era segura y estaba oculta en el bosque. Aún tenían que hacerles varias preguntas a los esclavos y no creía que Derfflinger fuera de mucha ayuda ahí, tampoco es como que entendiera por completo lo que ellos decían así que necesitarían conseguir un intérprete adecuado, pero no sería sencillo.
Al final Naruto y uno de los compañeros de Julio fueron los encargados de llevar a los esclavos a su nueva residencia temporal.
Una vez que terminaron de cambiarse todos fueron guiados a los establos donde abrieron la ruta de escape, según Julio los túneles llevaban a varias salidas y una de esas salidas era fuera de la ciudad por lo que podrían escapar sin ser vistos por los guardias que seguían en alerta por la desaparición de la princesa.
Julio habló con los caballos y todos montaron uno y se dirigieron a la ruta de escape del establo que estaba diseñada para que los caballos pudieran entrar. Naruto dudaba que los esclavos pudieran montar caballos en el estado en que se encontraban, pero tal parece que se las pudieron arreglar, Julio también ordenó a los caballos que fueran lo más suavemente posible por precaución. Mientras se iban Julio y sus otros dos compañeros regresaron a la mansión a terminar con lo suyo.
