Un Relato Burlesco de Dientes y Terror
NORTE, OMBRIC Y BUNNY tardaron un par de minutos en dejar de planear la Nueva Edad de Oro y comprender la importancia del diente caído de Katherine. Fueron convocados en la biblioteca del Lamadario, y a continuación los lamas lunares llenaron la sala, presentando a Katherine y su diente con gran pompa y circunstancia, proclamando que era «el diente perdido del destino».Bunny estaba especialmente molesto por la interrupción.
—Si Katherine está a salvo, ¿por qué tanto interés por que haya perdido un diente? —preguntó agitando una oreja—. Ni siquiera es un diente perdido. Lo lleva en la mano y ahora le crecerá otro. Es todo muy natural y, a decir verdad, bastante ordinario. Ni que hubiera perdido un huevo de chocolate trufado...
Entonces el Gran Lama describió la caída de Katherine y cómo había sido rescatada en el último momento. Bunny sintió una punzada de vergüenza. No pretendía quitarle importancia al terrible accidente de Katherine. Pero es que un diente solo es un diente. Los lamas continuaron.
—Nosotros, los lamas, no tenemos dientes de leche que perder —explicó el Gran Lama.
—Al menos, no tenemos datos históricos de ello —añadió el lama más bajo.
—Y nunca hemos tenido niños en el Lamadario... —señaló el lama más alto.
—... que hayan perdido un diente de leche —dijo el menos anciano de los lamas.
—Por lo que nunca nos ha visitado Su Realísima Majestad —subrayó el Gran Lama.
La mención a «Su Realísima Majestad» aumentó el interés colectivo de todos los demás.
—¿Qué Realísima Majestad? —preguntó Norte, pensando que si ese personaje vivía en el continente, seguramente le habría robado algo en sus criminales años de juventud. Ombric se inclinó hacia delante, también deseoso de oír la respuesta del Lama.
El Gran Lama pareció sorprendido ante su ignorancia.
—¡Pues Su Realísima Majestad, la Reina Toothiana, la recolectora y protectora de los dientes perdidos de los niños!
Y con esto todos los presentes arquearon las cejas. Todos excepto Bunny.
—Ah, ella —dijo con desdén—. No le gusta el chocolate. Asegura que es malo para los dientes de los niños. —Y aspiró—. Afortunadamente para la confitería, se acaban cayendo.
Pero Ombric, Norte y Katherine en especial querían saber más.
—Algo leí sobre ella una vez, creo... —empezó a decir Ombric, intentando recordar, cuando una tos sorda lo interrumpió.
Todos se volvieron. El señor Qwerty estaba en pie sobre una de las mesas de forma lunar de la biblioteca.
—El señor Qwerty sabe algo —exclamó Katherine.
El gusano de biblioteca se inclinó y les dijo:
—La historia de la Reina Toothiana se encuentra en el volumen sexto de Curiosidades inexplicables de Oriente.
—¡Por supuesto! Debí recordarlo yo mismo —exclamó Ombric asintiendo—. Señor Qwerty, por favor, ilústranos.
Los Guardianes se sentaron a la mesa mientras el señor Qwerty empezaba su historia.
—Para conocer la historia de la Reina Toothiana —dijo—, primero debéis oír el cuento del marajá, su esclavo Haroom y las Hermanas de Vuelo.
—¿Hermanas de Vuelo? —interrumpió Norte.
—Hermanas de Vuelo —repitió pacientemente el señor Qwerty.
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El Hada Reina De Los Dientes
FantasyTRAS LA ÚLTIMA AVENTURA DE los Guardianes PARECÍA QUE LOS NIÑOS de Santoff Claussen se habían librado para siempre de los planes malévolos de Sombra. Pero tal vez esta calma no sea nada más que una estratagema del pérfido Rey de las Pesadillas para...