Los Guardianes se Reúnen
AUNQUE LOS NIÑOS habían empezado a hablar de la batalla del centro de la Tierra como de «la última batalla de Sombra», los Guardianes sabían que el Rey de las Pesadillas era retorcido y malvado. Podría estar al acecho en alguna parte, preparado para atacar.
Luz Nocturna, el misterioso niño sobrenatural que se había convertido en el mejor amigo de Katherine, exploró el cielo nocturno en busca del ejército de Sombra. Incluso viajó a las entrañas de la cueva donde había aprisionado el gélido corazón de Sombra durante siglos, pero solo encontró recuerdos de aquel tiempo oscuro. Del Rey de las Pesadillas y su ejército de temores no encontró ni un eco.
Bunny tenía las orejas de conejo vueltas para detectar cualquier mala señal mientras excavaba en su sistema de túneles, y Ombric proyectaba su mente en busca de pedazos de magia oscura que se estuviera deslizando en el mundo.
Norte, por su parte, estaba siendo bastante reservado. No contaba nada a nadie (excepto a sus amigos élficos) y trabajaba silenciosa y diligentemente en su enorme estudio en las profundidades de la Gran Raíz.
Nadie sabía a ciencia cierta en qué estaba trabajando, pero parecía de lo más concentrado.
Cada noche, los niños clamaban por el señor Qwerty, el gusano de luz que se había transformado en un libro mágico. Puesto que se había comido todos los libros de la biblioteca de Ombric, podía contar a los niños cualquier dato o historia que quisieran oír. Las páginas del señor Qwerty estaban en blanco, al menos hasta que empezaba a leerse a sí mismo, y entonces aparecían las palabras y los dibujos. Pero casi todas las noches los niños querían oír alguna de las historias de Katherine que guardaba el señor Qwerty, pues solo a ella le permitía escribir sobre sus páginas. Pero antes de que se leyera cualquier historia, Katherine les preguntaba por sus sueños.
Ningún niño había tenido pesadillas desde la gran batalla. Realmente no había rastro alguno de Sombra. El sol parecía brillar con más fuerza, cada día parecía más hermoso, perfecto y tranquilo.
Era como si, al desaparecer Sombra, se hubiera llevado consigo todo el mal del mundo.
A pesar de todo, los Guardianes sabían que una maldad de la envergadura de la de Sombra no se rendía fácilmente. Se reunían a diario, sin hora fija, cuando les parecía correcto. El vínculo de amistad que tenían era tan fuerte que sus corazones y sus mentes estaban conectados. A menudo cada uno podía sentir lo que sentían los otros, y cuando percibían que era el momento de reunirse, de una u otra forma sabían que debían hacerlo. Entonces dejaban lo que estuvieran haciendo y acudían a la Gran Raíz, donde, con una taza de té, hablaban de cualquier señal posible del regreso de Sombra.
Aquel día en concreto, Luz Nocturna no tenía que viajar muy lejos. Se había quedado en la cima de la Gran Raíz toda la noche anterior, después de recorrer hasta el último rincón del globo al anochecer sin encontrar nada alarmante. Aunque pudiera volar eternamente y nunca durmiera, tenía el hábito de vigilar a Katherine y Kailash.
La niña y el ganso habían dormido cada vez con más frecuencia en la cabaña del árbol con forma de nido, así que Luz Nocturna se unía a ellas y velaba hasta la mañana.
Entre los Guardianes, el vínculo que le unía a Katherine era el más fuerte. Pertenecía a un mundo maravilloso que transgredía palabras y descripciones. Nunca se cansaban de la compañía del otro y sentían una punzada de pena cuando se separaban. Pero, de algún modo, incluso aquel sufrimiento era exquisito, ya que sabían que la separación no iba a durar mucho tiempo. Luz Nocturna no permitiría que eso ocurriera. Katherine tampoco. Una y otra vez habían encontrado la manera de encontrarse, por desesperadas que fueran las circunstancias.
Así, pues, Luz Nocturna se sentía en paz absoluta cuando velaba el sueño de Katherine. Dormir era para él un misterio y, de alguna manera, soñar también. De hecho, le preocupaba. Katherine estaba allí, pero no del todo. Su mente viajaba hacia el Mundo de los Sueños, donde él no podría seguirla. A su manera infantil, deseaba acompañarla. Y esa noche encontraría un modo de colarse en el desconocido mundo de su mente dormida. Sentado junto a Katherine y su ganso mientras dormían, alzó la vista hacia la Luna. Estaba llena y brillante. Durante aquellos tiempos tranquilos, las luces de luna se dirigían a él con menos frecuencia que antes. No había preocupaciones ni mensajes urgentes del Hombre de la Luna, por lo que Luz Nocturna podía disfrutar de la belleza de su amigo y benefactor. Pero algo en la mejilla de Katherine reflejó un
destello de la Luna. Luz Nocturna se inclinó para verlo de cerca.Era una lágrima. ¿Una lágrima? Eso le confundió. ¿Qué habría en el sueño para que Katherine llorara? Conocía el poder de las lágrimas. Su daga de diamante estaba forjada de lágrimas. Aunque aquellas eran lágrimas de desvelo. Nunca había tocado una Lágrima de Sueño. Pero antes de que pudiera pensárselo dos veces, alargó la mano y la recogió con cuidado.
Las Lágrimas de Sueño son muy poderosas, y cuando Luz Nocturna intentó mirar en su interior, casi salió despedido del árbol. Recuperó el equilibrio y miró atentamente a la minúscula gota. Dentro estaba el sueño de Katherine. Y lo que vio en su interior le abrasó el alma. Por primera vez en toda su extraña y deslumbrante vida, Luz Nocturna sintió un miedo profundo e inquietante.
Allí, atormentando los sueños de Katherine, había visto a Sombra.
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛
🌛Holaaaaa!!!
Ya se!! No me maten por favor!!
Tratare de actualizar como en los otros libros, se los prometo.Por otra parte gracias a los que aunque no estaba presente siguieron votando.
Los amooo!!!
Byeee!!!
°^°
ESTÁS LEYENDO
El Hada Reina De Los Dientes
FantasyTRAS LA ÚLTIMA AVENTURA DE los Guardianes PARECÍA QUE LOS NIÑOS de Santoff Claussen se habían librado para siempre de los planes malévolos de Sombra. Pero tal vez esta calma no sea nada más que una estratagema del pérfido Rey de las Pesadillas para...