CAP 15

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Planes, Proyectos y Plumas

NO RESULTA FÁCIL DORMIR cuando un pueblo entero, un ejército de abominables hombres de las nieves, una tropa de sabios hombres lunares de la antigüedad y todos tus amigos pasan por el dormitorio a desearte buenas noches. Tampoco resulta fácil dormir cuando una reina mitad pájaro, mitad humano con poderes mágicos va a venir de visita. Y es todavía más difícil si has urdido un plan secreto con tu mejor amigo para hacer lo único que te han dicho que NO DEBES HACER cuando llegue esa reina. Y así, Katherine permanecía sentada en su enorme cama de plumas, en su dormitorio especial del Lamadario Lunar, tan despierta como lo habría estadocualquier niño de doce años.

Acababa de mirar debajo de la almohada por undécima vez para asegurarse de que el diente no hubiera rodado al suelo cuando Norte volvió a abrir la puerta del dormitorio lo justo para poder asomar la cabeza.

—¿Sigues despierta? —preguntó sorprendido.

Ombric y Bunny estaban pegados a él, tan apretados a la puerta que Katherine solo veía medio rostro de Ombric y una de las orejas de Bunny enredada a la barba del mago.

—Quizá si recitara la antigua fórmula de Atlántida que dice: «Duérmete niña,duerme dubi-dubi-da...» —propuso Ombric.

Bunny lo interrumpió:

—¡Contar! Eso servirá. Debería contar huevos de chocolate saltando contra lasagujas del reloj desde un muro también de chocolate...

Entonces Norte lo cortó diciendo:

—¡Una canción! Deberíamos cantar una canción.

Entonces empezaron a hablar a la vez.

—¡Debería ser sobre huevos! Un huevo de chocolate soñoliento sería perfecto...

—¡No, no, no! Mejor una nana cosaca pasada de moda. «No me degüelles mientras duermo, madre querida...».

—¡Qué horror, Norte! No, debería cantar «Sueña, sueña, sueña con las olas delmar de chocolate...».

Y así siguieron hasta que Luz Nocturna bajó de las vigas y, con un giro firme pero cuidadoso, cerró la puerta.

Los tres Guardianes mascullaron al otro lado de la puerta durante uno o dos minutos hasta que pudieron oír a los lamas lunares proponiendo que el método secular de quedarse quieto y en silencio atraería seguramente el sueño. Y al fin se apaciguaron las cosas.

Luz Nocturna saltó junto al lecho de Katherine y se sentó con las piernas cruzadas al pie de la cama. A ella le parecía... distinto; ya no estaba tan triste o distante. Pero la alegre media sonrisa que solía tener había sido sustituida por una mirada que parecía... bueno, no sabía exactamente qué era, pero ya no parecía un niño pequeño.

Ya fuera por la propuesta de los lamas o como resultado de un día ajetreado, Katherine de pronto se sintió poseída por el sueño y preparada para cerrar los ojos. Pero se apoyó un minuto más sobre un codo, procurando no mover la almohada que cubría su diente. Quería repasar de nuevo el plan que había ingeniado antes con Luz Nocturna. Se le había ocurrido cuando los lamas lunares le contaron más detalles sobre las obras de la Reina Toothiana. La explicación había durado bastante tiempo, ya que los lamas eran propensos a dar respuestas ambiguas, pero Katherine descubrió que debía estar dormida para que Toothiana viniera a llevarse el diente. Y solo Toothiana podía liberar los innumerables recuerdos de un diente si lo sostenía con su magia. Una vez que los recuerdos se liberaran, Katherine quería recuperar su diente.

—¡Tienes que recuperarlo en cuanto haga el hechizo! —le recordó a Luz Nocturna.

Este asintió. Podía sentir lo importante que era para Katherine. Quiere recordar a su madre y a su padre, pensó Luz Nocturna. Y si los recuerda, quizá se olvide de Sombra. Había puesto su fe en ello y lo deseaba de corazón. Nunca antes le había fallado a Katherine y no tenía intención de fallarle en ese momento.

El Hada Reina De Los DientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora