Cap 17

43 7 0
                                    

Aunque el Mono se Vista de Seda...

UNOS MONOS, DOCENAS DE MONOS, entraron saltando por las ventanas al interior del dormitorio de Katherine y ocuparon la estancia. Eran enormes, corpulentos y estaban provistos de dagas, lanzas y armas rudimentarias.

«¿Qué es este oscuro asunto?», se preguntó Toothiana sorprendida mientras un puñado de criaturas malignas, gritando ruidosamente, saltaban sobre ella con una agilidad antinatural. La Reina guardó la caja de rubí en su bolsa y se volvió, batiendo las alas, hacia aquellos demonios. Trató de escapar de sus garras, desenvainó su espada y golpeó. Pero los monos eran demasiado rápidos.

Katherine se despertó de un brinco e instintivamente agarró la daga de la mesilla de noche al tiempo que seis u ocho de sus atacantes la sujetaban de los brazos y las piernas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Katherine se despertó de un brinco e instintivamente agarró la daga de la mesilla de noche al tiempo que seis u ocho de sus atacantes la sujetaban de los brazos y las piernas. Un mono con un rostro que presentaba un grotesco parecido al de un humano le tapó la boca con la mano para que no gritara. Luz Nocturna acudió como un rayo, apartando a los animales con su bastón, pero por cada mono que golpeaba, siete ocupaban su lugar. La estancia estaba atestada de simios monstruosos, ruidosos y maníacos.La Reina Toothiana sabía que debía proteger a la niña. Mientras Katherine trataba de liberarse, Toothiana se lanzó al ataque. En aquella maraña de rabos y manos con gruesas uñas, el diente de Katherine cayó al suelo. Tanto Toothiana como Katherine gritaron a la vez.

Katherine estaba decidida a no perder aquel diente. Empujó con los codos a un mono tras otro para acercarse, acercarse, acercarse al diente. Cada vez que sus dedos estaban a punto de alcanzarlo, una patada lo alejaba. Katherine avanzó por el suelo a gatas sin perder de vista el diente. Al final estuvo al alcance de su mano. Lo único que tenía que hacer era alargar la mano y... ¡listo!

Solo entonces, cuando el preciado diente estuvo a salvo en la palma de su mano, Katherine pensó en gritar y en pedir ayuda. Pero no pudo. De nuevo una mano le tapó la boca. Luego otra le agarró de la pierna. Otra, del brazo.Katherine forcejeó contra sus captores, intentando liberarse mientras Toothiana y Luz Nocturna golpeaban a un mono tras otro. Las pequeñas versiones de Toothiana caían en picado y cargaban incansablemente contra los ojos de los primates. Estaban empezando a avanzar cuando una segunda oleada de simios atacó. Eran sencillamente demasiados.

El mono más grande, el que parecía el líder, arrancó la bolsa del cuello de Toothiana, la alzó sobre su cabeza y se la entregó a uno de sus secuaces, que saltó por la ventana a toda prisa con el botín, seguido por una oscura masa de agresivos esbirros.

Toothiana trató de seguirlos, agitando las alas contra los monos que había a su paso, pero después se detuvo en seco. El mono que le había arrebatado su valiosa caja... ¡lo conocía! Esa vil criatura... Ese mono es el que... La ira se apoderó de Toothiana y, con un movimiento ligero, lo atrapó.La estancia se convirtió en un ciclón de monos. Daban patadas a las paredes y empezaron a huir por la ventana en oleadas. Parecían correr a través del cielo nocturno, como si se hiciera sólido bajo sus pies. Y luego, con un destello de oscuridad, los monos desaparecieron.Todos menos uno.

Toothiana respiraba con fuerza y presionaba con su espada la garganta de su viejo enemigo.

La puerta se abrió de par en par. Norte entró a toda prisa con Ombric, Bunny, Yaloo y sus lugartenientes yetis; incluso varios lamas con aspecto soñoliento venían detrás.

—¡Villanos, explicaos! —exigió Norte con el alfanje preparado.

Toothiana no contestó. Tampoco apartó su filo del cuello del mono. Norte avanzó un paso y Toothiana ladeó la cabeza como un pájaro de derecha a izquierda. Cuando Norte dio otro paso, sus plumas se encendieron como para advertirle que no se acercara más. Una de sus alas colgaba inmóvil.

El mono cautivo, con la mirada agitada, gimoteó algo que sonaba casi como «¡Socorro!».

Todo el mundo estaba helado, sorprendido ante la visión de la mujer voladora de la que tanto habían oído hablar. Se esperaban un ser sereno, pero ahí estaba, en posición de combate, apresando a un simio de aspecto decididamente maligno. Ombric estaba repasando de forma compulsiva varios dialectos de lenguas primitivas para interrogar del mejor modo al mono cautivo. Es curioso lo mucho que se parece a un humano, pensó. Realmente curioso.

En medio de la confusión, Luz Nocturna fue el primero en darse cuenta de que Katherine no estaba en su cama. Antes de que pudiera alertar a los demás, todos sintieron el aumento de su agitada preocupación. Norte balanceó la cabeza hacia delante y hacia atrás mientras examinaba la habitación.

—¿Katherine? —exclamó—. ¡KATHERINE!

El miedo asedió a los Guardianes al no recibir respuesta. Ombric y Bunny intentaron alcanzarla con la mente, pero lo único que hallaron fue una oscuridad confusa. Norte dirigió su atención hacia Toothiana y la extraña criatura que tenía por prisionero. Les lanzó una mirada amenazadora y alzó la espada.

—Decidme qué habéis hecho con Katherine —exigió— o no volveréis a respirar.


::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

HOLIIISSS REGRESE :3

NO ME MATEN :(

COMO RECOMPENSA CADA TERCER DÍA DE LO QUE RESTA DE ESTE AÑO PUBLICARE NUEVO CAP, DEBO ADMITIR QUE ME PASE AL NO PUBLICAR (EL TRABAJO ME TIENE ATADA DE PIES Y MANOS), LO SIENTO.

POR AHORA SUBIRÉ DOS CAP ( 17 Y 18) Y DE AQUÍ NOS VOLVEREMOS A LEER HASTA EL LUNES

GRACIAS POR SEGUIR CON ESTA PERSONA IRRESPONSABLE :,,3

PD: ¿ALGUIEN MAS PIENSA QUE TOOTHIANA SE VE PRECIOSA Y PODEROSA A LA DEFENSIVA?

El Hada Reina De Los DientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora