Donde Toothiana se Da Cuenta de Algo Terrible
AL INSTANTE, LOS GUARDIANES empezaron a hablar en voz baja y tensa. La Reina Toothiana, sin embargo, seguía con la vista puesta en el Rey Mono.
El primate le devolvió la mirada con un alarde de prepotencia. Los ojos de Toothiana se estrecharon. Su rabia resultaba venenosa. Pensó en todos los años que había estado huyendo y en la muerte de sus padres. Todas las desgracias de su vida las había causado aquel mono patético. El simio intentó evitar su mirada, pero Toothiana lo volvió a agarrar del cuello y le obligó a mirarla.—¿Cómo? —preguntó—. ¿Cómo conseguiste que la ley de la selva te perdonara?
El Rey Mono la miró y en sus ojos había la misma furia que en los de ella.
—Los tigres me arañaron. Las serpientes me mordieron. Todas las criaturas me hirieron, pero no morí, porque debía acabar... ¡CONTIGO!
—Mi padre te salvó —dijo Toothiana.
El Rey Mono apartó la vista, inspirando de forma entrecortada.
Toothiana se preguntó si habría algo en aquel mono que mereciera su perdón. Su
padre lo había salvado en una ocasión, y él le había compensado con una muchedumbre iracunda y una muerte prematura. ¿Acaso le quedaba a ese marajá simiesco algún jirón de su bondad infantil? Solo había un modo de saberlo. Con un grito furioso, Toothiana le abrió la boca al Rey Mono para fisgonear.—No tienes dientes de leche —gritó—. Vas a morir.
El mono aulló mientras apartaba la mandíbula de las manos de la Reina.
Toothiana alzó la espada para asestar un golpe mortal cuando Norte brincó por la
habitación y le agarró de la muñeca.—¡No! —gritó—. Necesitamos a la criatura. Puede ayudarnos a salvar a nuestra
amiga.Ella se burló de él. Aquel mono no ayudaría a nadie excepto a sí mismo. Bajó el
arma.—Partiré —dijo— hacia Punjam Hy Loo. Recuperaré la caja de rubí y a vuestra
niña.—Sombra... es más cruel y retorcido de lo que puedas imaginar —advirtió Norte —. No puedes ir sola.
—Iremos contigo —imploró Ombric—. Juntos nuestro poder es más potente.
Toothiana se volvió a mofar de ellos.—Ese tal Sombra no me asusta en absoluto.
Dicho esto, saltó al alféizar y se dispuso a salir volando. Pero al preparar sus alas, se torció hacia la izquierda. Su ala derecha, su preciosa ala iridiscente, colgaba inmóvil.
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El Hada Reina De Los Dientes
FantasyTRAS LA ÚLTIMA AVENTURA DE los Guardianes PARECÍA QUE LOS NIÑOS de Santoff Claussen se habían librado para siempre de los planes malévolos de Sombra. Pero tal vez esta calma no sea nada más que una estratagema del pérfido Rey de las Pesadillas para...