My Hero Academia: El Diamante Rojo

11. Gentle y La Brava: La venganza

En un mundo donde el 80 por ciento de la población nace con algún tipo de poder, ¿será igual de fácil hacer comunidad entre los miembros de la nueva sociedad si vivimos todos con el miedo de que cualquiera de esos poderes pueda ser usado en nuestra contra en cualquier momento? O peor aún, ¿sin saber si otras personas temen constantemente a nuestro propio poder? Puede ser que las relaciones humanas bajo un ambiente tan tenso se vuelvan más fuertes dada la familiaridad que necesariamente deberá existir entre las personas para que la sociedad pueda funcionar, o bien, puede ser también que tal sociedad eventualmente colapse cuando la paranoia convenza a alguno finalmente de traicionar a los demás antes de que ellos lo hagan, lo que los hará a todos creer que tuvieron razón desde el principio de sospechar del resto. No habrá manera de saber en quién, de entre todas las personas que habitarán el mundo, se podrá confiar. Aunque pensándolo bien, tal vez se podría decir lo mismo del mundo actual en que vivimos.

Esa tarde la Liga de Villanos se ocultaba en el remolque de DiMalloy, mientras el Doctor y sus Fenómenos trabajaban para despertar y atender a los internos de las cápsulas que habían recuperado. El ambiente era tenso entre Shigaraki y sus compañeros, justo acababan de tener una muy seria discusión.

Antes de salir del centro de detención DiMalloy le ordenó a Shiva que cancelara el efecto de su quirk en las copias de Toga que Twice había creado y que las desarmara, ya que mientras no fueran destruidas Twice no podría volver a usar su quirk. Las abandonaron junto con el grupo de guardias infiltrados que quedaban vivos para usarlos como distracción. Ninguno dejó de defenderse hasta el final, obligando a los soldados a ejecutar hasta al último de ellos. Tal y como Shiva lo expuso, DiMalloy no tenía piedad con quien ya no le servía. Para cuando los soldados se dieron cuenta de que no quedaba nadie a quién interrogar ya era tarde. Y dado que las cámaras habían estado desconectadas y todos los que vieron los rostros de cualquiera que no fuera miembro de la Liga sin un casco o máscara había muerto, no había peligro de que identificaran a ningún miembro del circo. El ataque se atribuyó públicamente a un grupo de desconocidos que intentaron liberar a algunos de sus cómplices presos pero sin éxito, ya que según un comunicado oficial de GERSO no faltaba ningún interno en las celdas cuando se hizo el conteo. No había manera de saber si habían encontrado las cápsulas reemplazadas, pero incluso si lo hubieran hecho DiMalloy sabía que una empresa privada haría lo necesario para evitar que se supiera que una organización criminal había logrado infiltrarse tan exitosamente en una de sus instalaciones y liberar a dos prisioneros, hasta llegar al punto de sepultar ellos mismos la evidencia, incluyendo cualquier posible identificación de los sospechosos.

Como era de esperarse, en cuanto regresaron al circo y una vez que hubo alimentado a su colonia de hormigas, DiMalloy exigió, aunque aún en absoluta calma, saber la razón por la que habían ignorado el plan. Tuvieron que explicarle que ni siquiera habían logrado encontrar a su ex compañero al que se habían detenido a buscar. El Doctor se limitó a recordarles que la primera parte de su plan era la más fácil y que no podrían permitirse más errores a partir de entonces, razón por la cual le prohibió a Toga, Twice y Compress formar parte de la siguiente fase.

—¿¡Qué quieres decir!? —gritó Shigaraki cuando escuchó la noticia junto con los demás, quienes tampoco se veían felices—. ¡Dijiste que nos necesitarías a todos dentro de U.A.!

—Tal vez exageré —admitió DiMalloy—. Pero de todos modos, ¿cuál es el problema? Primero te molestaba que todos ustedes y solo algunos de nosotros se infiltraran en la prisión, ¿no es cierto? Ahora seremos nosotros los que arriesgaremos más. Creí que te alegraría. Descuiden, de todos modos se llevarán su parte de las ganancias. Aún considero que su primera misión fue un éxito.