16. Pata de conejo

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En un mundo donde el 80 por ciento de la población nace con algún tipo de poder, tal vez la consecuencia más obvia será que algunos aprovecharán estos poderes para alcanzar sus propios objetivos, volviéndose Villanos y desatando la anarquía en el mundo; y por supuesto, habrá otros que usarán sus propios poderes para intentar detener a los primeros, convirtiéndose en Héroes que tomarán en sus manos el deber de reestablecer la paz. Se iniciará así un ciclo entre los respectivos períodos de caos y orden, en medio del cual Héroes y Villanos se enfrentarán en una constante escalada intentando superarse continuamente unos a otros. Con suerte, habrá más momentos en los que los Héroes conseguirán mantener la superioridad, y junto con ella la paz en el mundo. Pero en los escasos momentos en los que los Villanos recuperen la ventaja, por breve que estos sean, quién sabe lo que sean capaces de lograr.

Hayami y Tokoyami se ocultaban luego de haber conseguido escapar del dormitorio, dejando atrás a Jiro y Kaminari. Habían decidido dirigirse definitivamente a los dormitorios de los maestros, pero cuando emprendieron el camino hacia allá una vez más se toparon de frente con Aizawa.

—¿¡Qué creen que están haciendo!? —les preguntó antes de que tuvieran la oportunidad de hablar.

—¡Profesor! —exclamó Hayami—. ¿Se encuentra usted bien?

—Si lo preguntan es porque ya saben lo que está pasando —le respondió él—. Más vale que empiecen a hablar, no tenemos tiempo.

—Nos atacaron a todos —le respondió Tokoyami—. La mayoría quedaron atrapados en las habitaciones. Hay estudiantes acorralados en el primer piso y también en un claro en el bosque. Creíamos que el líder venía detrás de nosotros, pero parece que lo perdimos —dijo también volteando a mirar hacia atrás y alrededor—. No funcionan los celulares ni las redes. Estamos incomunicados.

—Lo sé, también tratamos de pedir ayuda. En la oficina del Director hay una conexión directa a la Red de Héroes, separada de la red general para casos como este, junto con una alarma de emergencia. Ectoplasm ya envió a varios de sus clones hacia allá, y se suponía que enviaría a un par más a revisar a los estudiantes.

—No vimos a ninguno—respondió Hayami.

—Debieron haberlos interceptado. Ustedes ocúltense con él y el resto de los profesores y díganle lo que pasa para que sepa a donde seguir enviando refuerzos. Revisaré el dormitorio yo mismo para poner a salvo a los otros.

—¡Espere profesor! —le pidió Hayami—. ¡Bakugo, Midoriya y Todoroki están siendo atacados en el bosque!

¿Por qué siempre ellos? —pensó Aizawa en voz alta—. Bien, en cuanto lleguen con Ectoplasm asegúrense de que envíe más clones a ése lugar.

—¡Pero qué dice! —reclamó Hayami—. ¡No podemos esperar! ¡Nosotros podemos ir en su ayuda mientras usted... !

—¡Ni lo penses! ¡Tú eres el objetivo Hayami! ¡Podrían volver a ponerte las manos encima en cualquier momento!

—¡Cuidado! —gritó de pronto Tokoyami. El látigo eléctrico había salido de la nada en dirección a su compañera, pero él saltó en medio del camino justo a tiempo. Sólo bastó el toque de la punta para hacerlo caer al suelo con una fuerte descarga.

—Deténganse ahora mismo antes de que termine de rostizar a este pollo —le dijo DiMalloy con una voz calmada. Ni siquiera alcanzaron a ver de dónde había salido—. No crean que pueden esconderse de un maestro del ilusionismo y la teatralidad como yo. Los clones en ropa interior que encontramos de camino a sus dormitorios no pudieron hacerlo.

My Hero Academia: El Diamante RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora