Corazones Encontrados | Sebastián Villalobos y tú |

Capitulo 19: Los mejores Amigos

____:

Aww Sebastián, en serio este fue un gran detalle. Te lo agradezco muchísimo, solo que ahora hay un problema con lo que acabas de hacer… todos piensan que yo soy tu…novia.

|5:26 pm|

—Sí, lo sé— le dije a la pantalla de mi laptop.

Me di un momento para disfrutar el hecho de que mi pequeña sorpresa le haya gustado muchísimo, sé que la animó bastante por unos minutos y eso me alegraba.

Ahora tenía que reflexionar.

Decir su nombre públicamente fue un gran error, mi locura de amor esta vez fui demasiado lejos.

Antes yo cuidaba de guardar la identidad de mi pareja en mis relaciones, eso me resultaba bien ya que de esa manera algunos no sospechaban y otros la aceptaban.

Por el momento no tenía ni la menor idea de lo que les podía decir a mis piezas del cubo. Casi la mayoría estaban enojadas conmigo y ahora tenía demasiadas notificaciones en Facebook, twitter y hasta Instagram sobre lo que pasó.

Recibir muchísimos mensajes por segundo me ponían demasiado nervioso cada vez. Y mi pánico aumento.

Necesitaba ayuda.

Tome mi celular rápidamente y marque el número de la única persona que sabía cómo ayudarme en situaciones como esta.

—¿Sebas?

—Mario, necesitamos hablar.

*  *  *

No supe que decir en ese momento, cada persona me susurraba que le dijera que sí. Algunas chicas estaban dándome miradas de disgusto al saber que la canción de Tomás fue dedicada a mí.

Sebastián hizo exactamente lo mismo hoy, solo que no me declaro sus sentimientos ni nada por el estilo. Él se arriesgó a tener malos comentarios por hacerme sentir mejor después de todo lo que había pasado y para mí eso no tenía palabras.

Aunque Tomás quiso arreglar las cosas con una canción frente a varias personas, tuvo intención de demostrarme lo que sentía por mi otra vez. Fue un muy lindo detalle y gran sorpresa, solo que ahora no sabía que responderle.

—Eh yo…—dije algo nerviosa.

Y nuevamente me gane la mirada de todos.

—Yo…necesito hablar contigo…a solas— dije mirando a Tomás.

Toda la gente se decepciono y cada persona se fue a otro lugar del parque o a sus casas quejándose de mi respuesta.

Las chicas que rodeaban a Tomás me dirigieron una última mirada y se despidieron de él “cariñosamente” diría yo.

Por fin nos dejaron solos.

—Y ¿Qué quieres decirme?—dijo con nerviosismo.

—Acompáñame— dije tomándolo de la mano.

Caminamos durante unos minutos de esa forma. Yo no tenía “esas” intenciones pero creo que Tomás pensaba que sí ya que le estaba sudando la mano. Siempre pasa cada vez que se pone bastante nervioso.

Nos estábamos dirigiendo a una parte menos vista por las personas que visitaban el parque, había un gran árbol que con sus hojas podía dar sombra a quien quiera que se pare debajo de él y en su gran tronco podías descansar.