Capitulo 22: No todo es lo que Parece

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—Vamos ____, quizá lo hizo solo para molestarte— dijo Tomás.

—¿Crees que Avril stalkeo a Sebastián para que la encontrara solo y únicamente por molestarme?— dije.

—Pues…sí.

—No tiene sentido, ella no dañaría sus uñas postizas solo para eso. Ella está tramando algo…algo muy malo.

—¿No crees que estas siendo un poco…?

—Si me llamas paranoica, te pego.

—No eres capaz— dijo burlón.

—Sí, lo soy.

Después de todo el drama que cause en los pabellones, las dos últimas horas pasaron más rápido de lo que imagine. No paraba de pensar en lo que Avril estaba haciendo. Ni siquiera le llegue preguntar a Sebastián como la conocía o porque preguntaba por ella ya que no pude perder mi celular en esos momentos.

Pero la mayor duda que tenía era porque Avril hacia todo esto.

Elena se fue a su casa temprano porque tenía que cuidar a su hermano menor. Tomás se ofreció a acompañarme hasta mi casa, yo le dije que podía hacerlo hasta la parada de autobús y no quiso. Empezamos hablando de cómo estaba el clima y no tengo ni idea de cómo llegamos a hablar de Avril.

—Entonces…—dijo él.

—¿Qué?

—¡Paranoica!— dijo empezando a correr.

—¡Tomás!— dije persiguiéndolo.

Corrimos por unos minutos, el traía zapatillas así que no lo pude alcanzar tan rápido como lo hice con Avril. Trataba de apresurarme a llegar y pegarle, pero no podía igualar su ritmo. Estábamos cerca de llegar a la parada de autobús, él comenzó a bajar la velocidad y yo la apresure. A unos cuantos pasos para llegar junto a él, me tropecé con mis propios pies.

Fue cuando todo pasó en cámara lenta.

Sentí que por unos segundos estaba en el aire sin poder hacer nada contra la gravedad, lo único hice fue cerrar mis ojos.

En eso sentí unas manos en mi espalda dándome un apoyo para detenerme.

Abrí mis ojos nuevamente y me encontré con los de Tomás, hermosos de color verde azulado y con un extraño brillo en ellos.

Él me miraba fijamente y yo solo pude ver parte de su rostro ya que observaba que algunas personas se estaban acercando para ver qué había sucedido.

Cuando voltee a verlo, sentí un escalofrió. Sé que había parado de caer pero aun no tenía control sobre mi cuerpo, estaba en shock. Tomás se tomó unos segundos para relamer sus labios y calmar su agitada respiración. Se comenzó a acercar a mi rostro, no paraba de ver mis labios. En mi interior tenía una gran lucha conmigo misma, una parte de mi quería moverse pero otra quería quedarse allí.

Y la última estaba ganando.

Poco a poco se iba acercando, ya podía sentir su respiración entrecortada, no podía seguir luchando. Estaba muy cerca. Pensé que otra vez tenía que lidiar con el amor que me tenía Tomás, incluso estaba planeando un discurso.

Él comenzó a cerrar sus ojos, yo no dejaba de mirarlo, no podía creer que todo iba a pasar de nuevo, entonces cerré los míos esperando lo peor.

Y en eso escuche un triste suspiro.

Las manos que me rodeaban me ayudaron a levantarme completamente. Por fin abrí mis ojos y note que Tomás evitaba mirar los míos.

¿Qué acababa de pasar?

Corazones Encontrados | Sebastián Villalobos y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora