Corazones Encontrados | Sebastián Villalobos y tú |

Capítulo 33: La Cena

Fase 1: Vestido

-Disculpe ¿Dónde están los probadores?

-Por allá señor- indicó la trabajadora de la tienda.

-¡Gracias!- sonrió Juan Pablo.

Acabábamos de entrar en una de las tiendas más lujosas todo mi país y Juan Pablo no lo sabía. Aún seguía sin comprender el porqué de esta "salida" de compras, lo único que me quedo claro fue que esto es obra de Sebastián.

Juan Pablo me arrastró casi corriendo a la sección de vestidos, para suerte suya había pocas personas, la mayoría de ellas señoras de la edad de mi abuela.

-Bien, escoge un vestido que te agrade- dijo algo apresurado.

-¿Por qué debo escoger un...?

-¡Rápido ____! ¡No tenemos mucho tiempo! Sebastián me matará si...no, olvídalo ¡Ya sé! Te daré diez minutos para que escojas tres vestidos, el precio es lo de menos, no te preocupes. Te esperaré junto a los probadores ¡Anda, apresúrate! -dijo dándome un empujón hacia el resto de la sección.

Sin poder decir una palabra más, emprendí mi búsqueda.

Desde entonces, todo pasó en cámara rápida.

Vi muchísimos vestidos: cortos, largos, negros, blancos, de tallas muy grandes o pequeñas...Mi mente trabajaba al máximo, no podía solo tomar un vestido y ya, tenía que "agradarme".

Lamentablemente soy la más indecisa de esta tierra.

Cuando compré el vestido que me robaron hace tiempo, lo hice al instante porque era el único frente a mí, y ahora me encuentro ante cientos de ellos. Y lo peor, es que eran hermosos.

¿Qué se supone que debería ponerme?

-¡Cinco minutos ____!- gritó Juan Pablo.

Oficialmente entre en pánico.

Desesperada tomé un vestido negro al azar, me acerqué a un espejo y vi que no me quedaba tan mal, luego corrí hacia otro estante y arriba observé un vestido celeste, parecido al que usó Elena en su cumpleaños, solo que menos pomposo y corto hasta la rodilla. De puntillas lo cogí y salí corriendo hacia otra parte de la sección.

Mire hacia los lados buscando uno más, el pánico y la desesperación juntas hacían que mi vista se nublara, seguía con las dudas, los nervios de la dichosa sorpresa, los gritos de Juan, el poco tiempo...sentía que en cualquier momento me desmayaría.

Hasta que lo encontré.

-Sí- suspiré cansada.- Este es.

-¡____ ven rápido! ¡Ya es hora!-grito Juan Pablo.

-¡Ya voy!- dije tomando el vestido.

Con las energías que me quedaban, volví al lugar donde estuve hace unos momentos con Juan Pablo, que dicho sea de paso, se encontraba peleando con una trabajadora sobre gritar en la tienda.

-¡Esto es importante mujer! ¡Es una cita!

-¡Señor cálmese! ¡Incomoda a los clientes!

-¡Bien! Solo deje que mi acompañante se pruebe los vestidos y me iré.

-De acuerdo, esta advertido señor y no quiero que esto vuelva a...

-Sí, sí, adiós.

Después de lo ocurrido la trabajadora se fue, dejando atrás al Youtuber con la lengua fuera. Algo que me causo risa.

-¿Qué sucedió?- reí.

-Nada, solo que esa señora no entiende la situación

-Escuche algo de una cita...- dije casualmente tratando de sacarle información.