Capitulo 9: La mejor Amistad

2.8K 171 2
                                    

Desperté con mucha pereza este día, pero lo que me motivaba a levantarme era poder hablar con ____ hoy. Fui rápidamente al baño, me lave la cara con agua fría para poder estar más lúcido. Me sequé con una toalla y volví a mi habitación. Tome mi computadora y cuando la prendí me di cuenta de la hora.

No podía creer que eran las dos de la tarde.

Recuerdo que concilie el sueño a las cinco de la mañana. Me quede pensando en ____. No paraba de imaginármela cerca de mí, el sueño que tuve con aquella chica cada vez se hacía más claro.

Me conecte a mis redes sociales, publique algunas cosas en twitter al igual que en Facebook. Le hable a ____ en un dm dando la iniciativa. Pero no me respondía.

¿No estaba conectada?

Mire su última actualización, fue hace un minuto.

¿Por qué no me respondía? ¿Me estaba evadiendo? Tal vez su madre le quito su celular en ese momento, o tal vez se fue a almorzar, quizá salió un rato.

Y me congele.

¿Y si salió...con su novio?

* * *

-¡____!-me saludo Tomás.

Fui corriendo hasta él y lo abrace con todas mis fuerzas. No podía creer que estuviera aquí.

Tomás era mi mejor amigo desde que estábamos en el kínder. Él era una gran persona, estuvo conmigo en los buenos y malos momentos. Pero cuando llegamos a secundaria se tuvo que ir porque su padre consiguió un trabajo fuera del país. Y no hemos podido comunicarnos por cuatro años.

Ahora estoy más que feliz de que volviera.

-¡Dios! ¡Tomás, volviste! ¿Qué sucedió? ¿Cómo...?

-Escucha-se rio.- te invito un helado. Te contare todo.

-Está bien- reí.

Salimos de la tienda y nos dirigimos hasta el puesto de helados más cercano. Tomás se compró uno de vainilla y me invito otro con chispas de chocolate. Fuimos a una de las bancas que estaban por la zona, claro que evadiendo en la que me robaron ese día.

No puedo creer que todavía no lo supere.

Comimos un poco nuestros helados ya que el sol hacia que se derritieran. Necesitaba saber que paso con Tomás y su repentino regreso.

-Tomás...-dije viendo como comía su helado y dejando el mío.

Me miro.

-¿Ahora si me puedes explicar lo que paso?

-Bueno-suspiro.-A mi papá lo transfirieron aquí. Justo a mediados del año. Fue algo difícil sacarme del colegio, hacer el cambio a otro colegio, la mudanza y esas cosas. Pero ya estoy de vuelta y lo mejor es que estoy contigo-sonrió.

-Te extrañe mucho Tomás- suspire.- ¿Cómo es que no te podías comunicar?

-Toda la culpa la tiene el maldito cambio de horario.

-Lo bueno es que ahora si te puedo ver, y hablar-reí.

-En realidad, lo bueno es que iré a tu escuela.

-¡¿Enserio?!

-Sip, todo volverá a ser como antes- me rodeo por el hombro.

Comimos un poco más de helado y seguíamos hablando de los viejos tiempos. Era grandioso volver a ver a Tomás, él era el que me comprendía y me consolaba cuando mis exnovios terminaban conmigo. Siempre decía que cada uno de ellos se perdía a una gran persona, que no valoraban lo hermosa que era por dentro y por fuera, él encontraba las palabras correctas para expresarlo.

Era el mejor.

Cuando se fue me afecto mucho, era difícil separarte de una persona a la que quieres mucho. El día que lo vi salir su avión, llore hasta quedarme seca. Extrañaba mucho hablar con él de noche y también lo extrañaba en la escuela. Elena me apoyo mucho ya que ellos también eran amigos y le caía muy bien.

Todo volverá a ser como antes, y me emocionaba mucho.

Me preguntó si podía acompañarme a casa, y con gusto le dije que sí. Al empezar el recorrido hablamos de varias tonterías y de cómo será su regreso al colegio ya que este era mi último año.

Pasamos por las tiendas de ropa y recordé el vestido que me iba a probar que le pedí a una de las trabajadoras, y además olvide preguntarle a Tomás que estaba haciendo en una tienda de vestidos.

-Oye-dije parando de caminar.- ¿Por qué estabas en la tienda de vestidos cuando te encontré?

-Oh cielos ¡Lo olvide! Vamos, corre- me tomo de la mano y fuimos adentrándonos entre las tiendas hasta llegar a lugar que dimos nuestro encuentro.

Entramos y vi que el vestido que había pedido para probarme estaba colgado en uno de los estantes junto con otros. Fui hasta él y me lo probé por encima de mi ropa.

-Oye ¿Cómo sabes que ese es el vestido que estaba buscando?

Lo mire demasiado confundida.

-Este es el vestido que yo pedí para la fiesta de Elena cuando entre aquí, pero como te encontré y paso todo lo demás, me olvide.

-Justo mire ese vestido en la vitrina y quise comprarlo...para ti.

Deje de ver el vestido y lo mire, tenía una de esas miradas cuando una sorpresa no le salía mezclada con otra de vergüenza, el rojo se estaba apoderando de sus delgadas mejillas.

-¿Tu...ibas a...?

-Como disculpa por todos estos años, y eso que faltan más.

-¿Más regalos?

-Siento que te debía recompensarte, por haberte dejado sola. Soy un pésimo amigo.

Deje el vestido donde estaba y abrace a Tomás. Por un momento iba a llorar, pero me mantuve fuerte porque él también es muy sentimental, no le gustaba llorar en público. Lo tome de los hombros mirándolo a los ojos.

-Tú eres el mejor amigo que he tenido.

Vi que se estaba forzando por no botar ninguna lágrima.

-No necesitas disculparte, Tengo a Elena ¿lo olvidas? pero te he extrañado muchísimo. Con tan solo tenerte a mi lado es más que suficiente.

-Te quiero-dijo.

-Yo también-dije limpiándole una de las lágrimas que salían de sus ojos.

Tomás siguió insistiéndome de que me quería comprar el vestido, y no pude negarme la última vez que lo intento ya que puso la cara de perrito con la que siempre conseguía lo que quería.

Salimos de la tienda y vi hacia el cielo, ya estaba metiéndose el sol y suponía que iban a ser las seis.

Cuando llegamos a mi casa, nos despedimos con un abrazo y entre a mi casa. Apenas había dado un paso adentro, mi madre hizo bastantes preguntas de quien era el chico al que estaba abrazando.

Y comenzó a regañarme.

-Te dije que no te quería ver mal, deberías presentármelo aunque sea ¿No? además ¿No estabas con ese Sebastián Villalowel...ese?

Me congele por completo.

Me olvide de Sebastián.

Corazones Encontrados | Sebastián Villalobos y tú |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora