Capitulo 33

69 3 0
                                    

Narra _______(tn)

—Yo también… te amo— me acurruqué en su pecho el cual seguía contraendose por la urgencia de llenar sus pulmones con oxigeno.

***

Un ligero cosquilleo en mi espalda muy cerca de mi hombro izquierdo, hizo que me comenzara a despertar, no quería abrir los ojos, aun quería seguir durmiendo, pero el recordar que seguramente sería Sebastián el culpable de las caricias, me incitó a abrir los ojos. 
Efectivamente al abrir mis ojos me encontré con él recostado de lado, recargando su cabeza en su mano mientras que con la otra acariciaba mi espalda.

—Hola— dije sonriente.
—Buenos días— me contestó Sebastián depositando un tierno beso en mi mejilla.
— ¿Llevas mucho despierto?— pregunté frotando mis ojos, ya que se notaba la humedad en su cabello. 
—No— respondió —Hace poco desperté y tomé una ducha— acomodó detrás de mi oreja un mechón de cabello que se había colado a mi rostro — ¿Cómo dormiste?— me preguntó sonriente, solté una tímida risa y no pude evitar sonrojarme.
—Estupendamente— le contesté escondiendo mi rostro en su cuello, Sebastián soltó una carcajada y me tomó de la barbilla para atraerme a sus labios y así besarme de una manera sumamente lenta.
— ¿Y qué quieres hacer hoy?— preguntó a sólo unos cuantos centímetros de mis labios.
—Quiero estar contigo— le respondí sonriente, pero el agachó un poco su cabeza subiendo pícaramente su ceja izquierda, sin quitar esa sonrisa traviesa característica de él — ¡Sebastián!— alargué su nombre riendo —Eres un mal pensado— di un suave codazo en su estomago y este comenzó a reír a carcajadas.
—Es broma linda— seguía riendo. 
—Iré a darme una ducha— le dije besando fugazmente sus labios, sujeté bien la sabana para envolverme en esta aun más, ya que rodeé mi cuerpo con esta semejando un vestido strapless, me puse de rodillas sobre la cama para bajar de esta, pero Sebastián estaba sobre la sabana y no me dejaba tomarla toda.
—¿Para qué la quieres?— riendo me tomó de la cintura haciéndome caer sobre su pecho —No hay nada que no haya visto— mordió su labio inferior mirándome fijamente.
—Eres un tonto— le dije soltando una carcajada mientras me escondía en la sabana, Sebastián se unió a mis risas y sin soltarme giró para dejarme ahora debajo de él. Quitó la sabana la cual cubría mi sonrojado rostro. Con el torso de su dedo índice acarició mi mejilla, se acercó lentamente para atrapar mis labios entre los suyos, para comenzar con un dulce beso, lo empujé suavemente para que girara y quedar yo sobre él, así lo hizo.

Me separé lentamente de sus labios, claramente sin muchas ganas de hacerlo. Pero si no lo hacía ahora, no lo haría después. 

—Te amo— le dije seguido de un rápido y corto beso en sus labios, me puse de pie y corrí hacia la puerta aun con mi ‘vestido’ hecho de la tela blanca.
— ¡Hey no te vayas!— replicó Sebastián riendo ante mi huida.

Salí riendo de la habitación de Sebastián, pero me encontré con alguien con quien la verdad no esperaba ver y mucho menos en las condiciones que me encontraba.

El NiñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora