¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La campana que sonó dejandose oir por todo el instituto dando inicio a aquél día de clases. Jungkook suspiró aliviado por fin después de varios días conseguía llegar a tiempo al instituto, pero seguía cansado, su trabajo lo estaba matando. Cerró su casillero con lentitud y caminó arrastrando los pies dirigiendose al salón correspondiente. Iba mirando tranquilamente su horario de clases que traía anotado en una de sus libretas de dibujo, tan perdido leyendo que no se dio cuenta que habían pasado casi diez minutos hasta que vio la hora en su teléfono.
Apresuró su paso hasta llegar al salón y como se lo esperaba la puerta ya estaba cerrada, sabía que su profesor se caracterizaba, no solo por su gran atractivo físico si no también por ser un maestro estricto. Desde afuera alcanzaba a escuchar la voz de su maestro diciendo los nombres de de sus compañeros y uno a uno respondían "presente". Faltando así un par de nombres antes de que el fuera nombrado pero de todas formas el mayor tomaría eso como un atraso y seguramente lo enviaría a dirección en busca de un pase para la clase siguiente, no era primera vez que Jungkook llegaba tarde.
Dio dos toques a la puerta dudoso al principio y esperó unos segundos si es que alguien le abría, cosa que no pasó. El profesor seguía nombrando a sus compañeros y ellos seguían respondiendo.
Tocó nuevamente esta vez un poco más fuerte y más veces, asomó su curiosa mirada por la ventanilla y vio como su maestro se levantó de su escritorio encaminadose hacia la entrada, nervioso aclaró su garganta, tomando valor y paciencia por si tenía que escuchar algún sermón por parte del mayor. Escuchó unos pasos desde el otro lado de la puerta y después esta misma fue abierta. Taehyung se paro frente a el viéndolo serio pero sin decirle nada.
—Hmm...— Jungkook aclaró su garganta nervioso y un poco confundido por la mirada que le daba el mayor —Buenos días ¿Puedo pasar?— Sonrío torpemente.
El castaño elevó su mano hasta la altura de su pecho para ver la hora en el reloj que traía en su muñeca.
—Quince minutos tarde— Dijo y las mejillas de Jungkook se tornaron de un ligero rosita —¿Por qué llega a esta hora? ¿Tiene alguna explicación?
Aveces eran muchas preguntas, otras veces eran sermones, pero Jungkook ya se estaba acostumbrado a los regaños de su amargado profesor.
—Y-yo le juro que llegué a la hora, estaba tomando unos libros de mi casillero y...— Tartamudeo, y al darse cuenta de lo nervioso que estaba por darle una simple respuesta, dejó de hablar y concluyó con otra cosa —Aún no comienza la clase, no creo que sea tan tarde— Su voz esta vez sonó más firme.
El profesor suspiró con cierta molestia, por que estaba demás decir que aquella respuesta no fue de su agrado.
—Vaya a su aciento— Fue lo que dijo después hacerse a un lado y abrir un poco más la puerta para permitirle el acceso al más joven.
