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Esta vez después de varios días llegando tarde y de varios sermones y regaños de parte de su maestro por fin Jungkook llegaba temprano incluso antes que su propio malumorado profesor, el y un par de alumnos más se encontraban en el salón

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Esta vez después de varios días llegando tarde y de varios sermones y regaños de parte de su maestro por fin Jungkook llegaba temprano incluso antes que su propio malumorado profesor, el y un par de alumnos más se encontraban en el salón. La semana escolar ya casi acababa y el último día de clases de aquella también, era día viernes y Jungkook agradecía que su fastidioso maestro no apareciera en ese momento una sonrisa apareció en su rostro sin razón alguna.

Pocos minutos faltaban para que el timbre anunciará el inicio de la jornada, Jungkook estaba en el salón mirando por la ventana como algunas ardillas jugaban en los árboles. Era lindo, era un buen momento a solas con la naturaleza y esas lindas ardillas, suspiró recordando las veces que su madre lo llevaba al parque cuando era pequeño, la extrañaba, extrañaba sus abrazos, los almuerzos después de la escuela, extrañaba su sonrisa y la simpleza que tenía para resolver problemas.

Sus brazos de encontraban cruzados sobre el marco de la ventana y su cabeza recostada sobre estos, toda la semana fue un verdadero tormento y hoy por fin tenía un momento de tranquilidad, quería que todos los días fueran así.

Algo ahí afuera logró llamar su atención una cabellera castaña, ese marrón oscuro y costoso abrigo se paseaban por el campus, sonriendole a la persona que caminaba a su lado ¿Así que su maestro malumorado si sonreía? Y no podía negar que tenía una sonrisa muy bonita para ser un hombre tan serio. Jungkook seguío con su mirada los pasos de su maestro, pero perdió toda visión cuando el mayor giró en la esquina de los pasillos, su mirada se dirigió hasta el cielo despejado de aquella tarde, el viento soplaba sus oscuros cabellos despejando a ratos su frente, algunas hojas caían de los árboles, aquellas parecían bailar al momento de caer casi en cámara lenta hasta llegar al césped, todo era tan tranquilo que parecía un sueño, un lindo sueño del cuál Jungkook no quería despertar.   

Un suave toque en su hombro lo hizo salir de su ensoñación, Jungkook se giró aludido mirando al chico frente a él y luego sonrió ampliamente.

   —Lo siento, no quise asustarte— Hyunjin se disculpo, devolviendole una adorable sonrisa.

   —¿Que haces aquí?— Jungkook se giró en su lugar quedando de frente al rubio.

    —Solo pasaba por aquí y quise verte un rato— Las mejillas del rubio se tornaron de un ligero carmesí y Jungkook sonrió al notarlo.

    —¿Hyunnie?— Habló otra vez llevando su mirada hacia la ventana.

   —¿Mh?— Hyunjin abrió sus ojos con curiosidad —¿Dime Jungkook?

   —El maestro Kim ¿Te hizo clases alguna vez?—Cuestionó y un suspiro cansado se escapo de sus labio.

Hyunjin tardó uno segundos en responder y miró de reojos a Jungkook el cuál se encontraba mirándo hacia afuera con una notable decepción.

    —Fue mi maestro por dos años seguidos—Respondió pensativo —¿Paso algo con él?

    —¿Siempre fue así de malhumorado?— Seguía sin mirar al rubio.

𝑪𝒍𝒂𝒔𝒆𝒔 𝒆𝒙𝒕𝒓𝒂𝒔 ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora