°Celos° [Por Irmanatali]

cap 40.- [final] por fin te encuentro.

El joven hombre de cabello castaño y rizado se encontraba sentado frente al escritorio de un gordo y calvo hombre, quien le explicaba las reglas y condiciones de trabajar con él.

-Y después de 20 años usted quizás logré que lo ascienda. - termino de explicar el hombre, extendiéndole los papeles de contrato de empleados a Jungkook.

Jungkook no dijo nada, tomo su chamarra y se la colocó, dispuesto a salir de aquella oficina.

-E~espere señor, ¿15 años? ¿¡Tal ves 8!? - grito y rogó aquel hombre, pero sus propuestas fueron rechazadas sin más.

Una vez Jungkook salió de aquel puerto, se dirigió a su cabaña.

¿Trabajar de pesquero en una zona fría? Había sido mala idea.

Ya no sabía ni en que año estaban, solo dejaba pasar los días.

Necesitaba dinero porque el que había producido en aquella vieja banda se estaba por terminar. Por eso buscaba trabajo.

Entro a su casa y saludo a su pequeño roedor; Joompal. Él hamster que tanto había deseado Jimin hace unos años.

Dejo tirado por todo el suelo la ropa de invierno que llevaba puesta y encendió a más no poder la calefacción.

Al entrar a su habitación, no le sorprendió ver botellas y botellas de alcohol decorando cada mueble, incluso el piso.

Esquivo las botellas y se hecho en la cama. No quería volver a llorar su perdida, lo había hecho está mañana y le ardían los ojos. Hasta estaba en tratamiento con unas gotas que tenía que aplicarse cada dos horas.

En las noches, cuando se sentía más solo que nunca, bajaba a la sala y se sentaba en el sofá, apreciando con una botella de soju en la mano el jarrón que contenían las cenizas de Jimin.

Sabía que el chico había pedido que se esparcieran en el bosque cerca de allí. Pero no podía hacerlo, no podía deshacerse de lo único que tenía de Jimin.

No podía olvidarlo, mucho menos superarlo.

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El piso de madera estaba siendo mojado por las lágrimas de Jungkook.

Alzó la vista, solo para volver a ver el cuerpo sin vida del pequeño Joompal.

Habían pasado ya 5 años y Joompla se veía cada vez más enfermo.

Está mañana lo había encontrado así. ¿Cómo le podía doler como el demonio la muerte de un simple roedor?

Se limpio las lágrimas y decidió enterrar a su pequeño amigo en el bosque.

Una vez le lloro lo suficiente, al regresar caminando, se detuvo frente al lugar.

El lugar donde todo había empezado para el y Jimin.

Casi podía ver cómo aquellos jóvenes se lanzaban bolas de nieve entre sí.

Sonrió con una pincelada de tristeza en sus ojos y decidió volver a su cabaña antes de volver a llorar por segunda vez ese día.