cap 30.- verse.

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Jungkook entró a su habitación y tomo su celular en cuanto cerro la puerta.

En el mensaje, Taehyung le pedía que le marcará en cuanto lo viera, a lo que marco al número.

-Hyung. - saludo el menor.

¿Estás solo? Se escuchó a Tae del otro lado de la línea.

-He... - el chico observo a su alrededor, confirmando que efectivamente, estaba solo. - Si, ¿A qué se debe tu mensaje?

Jungkook se sentó a la orilla de la cama de Jimin, acariciando dulcemente la sábana vacía.

Repentinamente, unos sollozos lastimeros se lograron escuchar. Jungkook frunció el ceño, confundido.

-¿Estás llorando, Tae? - pregunto el chico, observando hacia la puerta tras él, cerciorandose que seguía completamente solo.

Jungkook... Chillo Tae, sollozando tenuemente. ¿Me odias?

Jungkook alzó una ceja, se mordió la mejilla desde dentro, conteniendose por no responder erróneamente.

-No, hyung. No te odio. - respondió una vez dejo de sentir las venas transportando irá en lugar de sangre.

¿De verdad? Pregunto el mayor, limpiandose las lágrimas con las mangas de su chamarra.

-Tae, hagas lo que hagas, sigues siendo mi... Hyung. - respondió dulcemente, a lo que Tae sonrió ampliamente. - ¿Dónde estas ahora? Voy a verte.

Jungkook se levantó de la cama, tomando su chamarra y poniéndosela.

Taehyung se mostró sorprendido.

¿V~vas a... Venir a verme? Pregunto.

-Si, ¿Hay algún problema con eso? - pregunto el chico mientras se vestía adecuadamente.

N~no. Y~ya te mando ubicación del lugar en donde me estoy quedando, jungkookie. Se mostró emocionado.

-Ponte guapo. - susurro el castaño, lo que alteró de pies a cabeza al de rizos.

Y la llamada fue cortada.

Jungkook se tomó su tiempo para vestirse, para cuando volvió a tomar el celular, sonrió ampliamente cuando abrió el chat de Tae y este ya le había enviado la ubicación.

El lugar no estaba muy lejos, apagó el celular y lo metió al bolsillo de su pantalón.

Te tengo. Pensó triunfante del menor.

Se miro al espejo, se veía espléndidamente guapo de cuero. Tae no tardaría en caer a sus pies. Y por fin conseguiría lo que quería.

Repentinamente, la puerta de su habitación fue abierta, asustando al menor.

-Jungkook. - le llamo Namjoon, sorprendiendose al ver al menor vestido para salir. - ¿A dónde vas?

La puerta se abrió un poco más, dejando ver a Jungkook cómo es que detrás del líder se encontraba el resto del grupo.

-Hyungs, ¿Que hay? - les saludo, observandose en el espejo.

JHope frunció el ceño, ¿A dónde carajo iba vestido asi?

-¿Vas a salir? - pregunto Hoseok.

-Si. ¿A que venían? - pregunto el menor mientras se acomodaba el cabello frente al espejo.

Todos observaron a Namjoon, quién debía decirle la noticia a Jungkook.

-Jungkook, tenemos que hablarte sobre Tae. - y el ritual de belleza de Jungkook se detuvo.

Para después retomar su ritmo apaciblemente.

-¿Que hay con Tae? - pregunto Jungkook.

-Jimin paso la prueba, el veneno es... - se detuvo Namjoon al ver cómo conforme hablaba el menor de todos comenzaba a temblar, apretando su chaleco entre sus manos.

-Él veneno es definitivamente arsénico. - termino la frase el mayor de todos.

El cuarto se silenció.

Pero dentro de Jungkook no existía el silenció. Observaba su rostro transformarse en un remolino de emociones a través del espejo.

Irá, miedo, preocupación. Todas y cada una de ellas se presentaban en su rostro.

-Jungkook, te pedimos que... - alzó la voz Namjoon, pero repentinamente el menor se acerco a ellos a paso rápido.

Todos se apartaron de su caminó, no sabían cómo podía reaccionar Jungkook.

-¿A dónde vas? - le gritó Hoseok, pero Jungkook bajo las escaleras sin hacerle ni una pizca de caso.

-¡Jungkook! - le llamo Seokjin, pero fue ignorado de igual forma.

Y la puerta de entrada fué azotada con furia.

Algo malo estaba por suceder, se podía sentir.

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Las pesadas botas negras de Jungkook hacían eco por la acera.

Los charcos de agua eran aplastados por la gruesa suela de sus botas. Arriba de su cabeza le acompañaba un cielo nublado.

Su inhalación era cada vez más pesada, y gracias al frío que le abrazaba, su aliento salía de entre sus labios en forma de humo.

No podía ver a Tae en este estado. Tenía que relajarse, tenía que calmarse de alguna manera.

Se detuvo en medio de su camino y golpeó el concretó a la vez que se desahogaba con un grito.

-Mierda. - maldijo al ver sus nudillos ensangrentados.

Se recostó en la pared y se deslizó lentamente hasta quedar sentado en el suelo.

Se peino el cabello. ¿Esto era una buena idea?

Si quería darle su merecido a Tae, tenía que hacerlo.

Vengaria a su precioso novio cueste lo que cueste. Aunque sabía a la perfección que Jimin no aprobaría de ningún modo lo que estaba a punto de hacer.

Pero podía vivir con el odio de Jimin, más no podría hacerlo si simplemente dejaba que su agresor saliera ileso y sin ningún rasguñó.

¿La aprobación de Bangtang, la empresa, ARMY? Ya no le interesaba.

No le importaba en lo más mínimo ser el Idol más odiado de todo corea, incluso del mundo.

Todo habrá valido la pena si lastimaba a Tae de una forma peor de como lo hizo con Jimin. No le daría una cucharada de su propia medicina, le daría una cucharada de algo mucho peor.

Se levantó de la acera, se puso la capucha de su chamarra al ver que comenzaba a llover.

Y continuo su caminó hacia la vivienda de Tae.

Una vez estuvo delante del hotel barato, suspiró y llamo a la puerta de la habitación.

-Comencemos está mierda. - se alentó a si mismo en un susurró.

Y la puerta fue abierta, dejando ver a un hombre en bata roja.

-Buenas noches, Jungkookie. - dijo Tae, acariciando el pecho firme y fornido del más grande. - O debería decir, señor Jeon Jungkook.

Jungkook sonrió, entro a la vivienda y cerro la puerta tras de sí.

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°Celos° [Por Irmanatali]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora