XVIII. No lo dejen con ellos.

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Capítulo 18.

No lo dejen con ellos.

Al llegar la mañana no muchos gustaban de que los rayos del sol le pegaran justo en la cara y menos siendo domingo. Uno de ellos es Slash, pero en lugar de renegar se levantó y fue a lavar sus dientes para después darse un baño. Unos minutos después bajo algo adormilado y tomo su asiento en su lugar en la mesa.

—Buenos días Slash.

—Hola —volteo su cabeza a un lado y no miro a Axl sentado a lado suyo como era de costumbre, además Duff también estaba allí esperando algo—. ¿Y Axl?

—Eh... paso la noche con su otra familia.

—Genial, ya le lavaron el cerebro —les dice mientras come fruta con yogurt.

—No digas eso Slash, Axl es un niño muy listo...

—Amor mata inteligencia, y no los conozco ni mucho menos me agradan.

—Bien ya me canse, vamos por él —se levantó de la mesa el rubio y tomo las llaves del auto—. Regreso luego.

—Yo te acompaño —se levantó al igual Izzy y fue tras él.

Slash sonrió agitando su mano en despedida.

—¿Por qué pones inseguros a tus padres? —pregunta Abby.

—Porque no confió mucho en los supuestos ''padres'' de Axl, las personas de las que más debes de cuidarte comienzan como tus amigos. Y ellos lo están pidiendo por las buenas se quieren ganar a Axl y llevárselo, pero no contaban que conozco a las personas como ellos.

—Slash esta loquito —se burla Steven.

—Sí, pero es tu hermano —contesta llevándose al pequeño dejando sólo a Slash.

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Axl abrió los ojos mirando el techo blanco de la habitación froto sus manos contra su rostro y después se levantó cayendo en la realidad que no estaba en su casa. ¿Dónde jodidos estaba?

''Mierda me secuestraron, bien ahora tendré que escapar''. Fue lo primero que se le vino a la mente. Aunque luego de recapacitar y recordar se dio cuenta de que sólo estaba en la casa de los Rose. Se tocó el pecho y sin antes lavar sus dientes porque extrañamente había un cepillo de dientes en el baño nuevo.

Bajo inseguro las escaleras de la casa y se encontró con unas de las empleadas de la casa, la cual le miro muy raro. Así que Axl hablo.

—¿Dónde están los Rose? —pegunta.

—En la terraza. Lo acompaño —Axl negó.

—Sé dónde queda.

El pelirrojo camino donde se supone que es la puerta principal y luego se guio desde allí, al llegar a la terraza miro al matrimonio y con pena se acercó y tomo asiento.

—Am, ¿Saben a qué hora vendrán por mí?

—Los McKagan dijeron que vendrían después del desayuno —le dice la señora—. ¿Gustas algo?

Axl señalo la fruta.

—Eh, me la pase bien con ustedes ayer.

El matrimonio sonrió.

—Sí tú quieres seguir en contacto con nosotros sería un completo regalo para ambos —le tomaron la mano por encima de la mesa.

—No sé —bajo la mirada— tal vez sí. ¿Puedo preguntar algo?

—Lo que quieras.

—¿Por qué no tuvieron más hijos y me dejaron en el pasado?

El matrimonio por ambas partes se incomodó un poco por la pregunta pero aun así dejaron su mano sobre la de su hijo.

"Los McKagan Stradlin" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora