Capítulo 5.
El maldito día de campo.
Sábado por la mañana, no hay día más añorado por los adolescentes que se desvelaron toda la noche anterior las doce del mediodía es la hora predilecta en que Axl se paró y bajo a almorzar algo.
Encontrándose con su hermano mayor y menor.
—Eh pelirrojo, —le saluda Slash, y señala unos panqueques—. Los hizo papá Izzy fueron a la fábrica ambos.
—¿En el mismo auto? —Slash asintió—. Y sin pelear, tendría que verlo para creerlo.
—Si yo también quede sorprendido. Pero al parecer se levantaron de buen humor ambos.
—Y no pelearon anoche —comentó tomándose del mentón pensativo.
—Tal vez solo les faltaba hacer, ya sabes, cosas del maligno —dice Slash metiendo un trozo del pan a la boca mientras Axl escupe el jugó natural que estaba tomando y se comienzan a ahogar en risas.
Hasta Steven que no entendía nada, él era feliz si los demás lo eran.
—Joder Slash, debes de dejar de ver tanto Facebook y Wattpad, te hace mal.
—Nah, —se niega y mira a Axl indeciso entre meter o no a su boca los panqueques—, los tuyos querido duende irlandés son veganos.
Axl le sonrió y los comió.
—Hoy es el día de campo, ¿no? —dice Slash mientras le prepara leche con chocolate a Steven.
—¡Sí campo! —exclama con alegría Steven.
—Ya extrañaba este día, es el único que somos una familia de verdad, como antes lo éramos
Los días de campo para la familia McKagan Stradlin era su día sagrado ya que olvidaban obligaciones aparatos electrónicos y todo por pasar buen día en familia, y los tres sabían que era la forma en que sus padres siempre estaban felices, en el campo.
Si tan sólo supieran que las cosas no saldrían como querían ese día.
—¿Crees qué mis abuelos aún tengan el zorro? —se intriga Axl.
—Sí creo que hasta habían conseguido que tuviera cachorros, pero no te van a dar uno Axl, acéptalo hermanito —lo reta.
—¿Quieres ver quién es el consentido de mis abuelos?
—¡Yo! —Exclama Steven.
—Además —le sonríe Axl—. ¿Cuánto apuestas a que traigo un zorro de regreso a casa?
—Cien dólares —extiendo su mano al pelirrojo la cual Axl tomo.
—Es un gusto hacer tratos contigo.
En el auto de regreso a casa, Duff e Izzy.
—Duff, ¿anoche hiciste las cosas qué te dije? —le pregunta mientras toma su café.
Duff se puso nervioso intentando recordar que cosas le habían ordenado Izzy.
—Amm...
—No las hiciste, cierto.
—Para ser sincero ni siquiera sé que es —pronunció sin importancia y manteniendo su mirada en la autopista.
—¡Duff! ¡Hoy es el maldito día de campo! —se frustra Izzy, ¿cómo puede ser que su esposo sea haya vuelto tan desinteresado en las actividades familiares?—. Tan siquiera dime que podrás acompañarnos.
—No...
—¿¡Cómo jodidos no!? —ahora está más enojado que frustrado, y tiene suficiente razón.
ESTÁS LEYENDO
"Los McKagan Stradlin"
Hayran KurguLa famila McKagan Stradlin, te demostrara que no tienen que ser una familia "normal" para quererse tal y como lo es cada miembro de la familia.