—Ganondorf... esto no te lo perdonaré jamás.— dijo entre dientes mientras sentía como el coraje y la impotencia lo carcomía por dentro.
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—Sheikah, nuevamente tú...— rezongó al verle entrar.
—Mi señor. Tengo malas noticias.— dijo al tiempo que entrecerraba sus rubíes para darle reporte a su rey. —El muchacho, logró detener la erupción de la Montaña de la Muerte y también logró asesinar al dragón de lava.— al oír aquella afirmación encolerizó y descargó aquella ira contra un mueble de madera cercano, que al recibir un impacto tan potente terminó por quebrarse.
—¡¿Y qué se supone que estabas haciendo, Sheikah inútil?!— le recriminó furioso mientras un pequeño Stalfo hacía aparición.
—Mi señor, el muchacho... Liberó a los Goron...— informó titubeando mientras la expresión de rabia de su amo se intensificaba.
—¡Maldición! ¡Nadie hace nada bien!— se quejó mientras soltaba un puñetazo al Stalfo y lo quebraba dejándolo sin vida. —¡¿Cuál es tu excusa Sheikah?!— le preguntó mirándolo con intensiones de repetir sus acciones.
—No podía intervenir debido a que él estaba luchando en la caldera del volcán. Sin embargo déjeme informarle que se encuentra muy consternado por asesinar a la criatura.— dijo en tono sereno abriendo un poco los ojos.
—Eso podría ser favorable.— respondió mientras calmaba su mal humor. —¿Sabes a dónde se dirige ahora?
—Al Templo del Agua. Allí está encerrada la Princesa Ruto de los Zora.— el pelirrojo se rió triunfante al ver la siguiente prueba que debía afrontar el rubio.
—Ese mocoso... No aguantará esa prueba, lástima que tampoco puedes interferir mucho aquí.— suspiró mientras tomaba asiento en el trono.
—También me han dicho que Impa, la tutora de la Princesa Zelda está en Kakariko.
—Un aliado para el niñito ese... Me encargaré de ella también. Ya lo verás.— dijo dibujando una sonrisa maquiavélica en su rostro.
—Me encargaré de ambos, si es necesario. Si me lo permite investigaré de cerca, tal vez encuentre una pista de su alteza.— dijo mientras se ponía en pie para irse.
—Sheikah...— le llamó con seriedad, aquello despertó algo de nervios en la chica, temía ser descubierta justo en ese instante. Así que volteó con cautela donde el Gerudo tenía una expresión seria mientras apretaba su puño. —La única monarquía aquí... Es la mía. Nada de su alteza. Sólo es una mocosa que interfirió con mi plan...— resopló mientras recordaba como aquellos niños habían sospechado de su plan y trataron de detenerle. —Aunque estoy algo agradecido con esos dos, gracias a ellos, sobretodo el niño. Tuve acceso a la Trifuerza y al Reino Sagrado, pero ese tesoro se separó... Y sólo se me otorgó el fragmento del poder...— reflexionó mientras se dibujaba una mueca de desagrado en su rostro. —Largo de aquí Sheikah.— la chica asintió para luego esfumarse como de costumbre en busca de Link.
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En Kakariko se encontraba ya el rubio, había salvado al pueblo de una destrucción inminente a manos del volcán, ahora estaba cerca de donde había dejado a su fiel equino, hasta que una voz muy conocida para él le llamó.
—Han pasado siete años desde la última vez que te vi... Link.— una voz ronca y femenina le llamó haciéndole voltear rápidamente, aquello sorprendió muchísimo al rubio, se trataba de Impa. La tutora de Zelda, seguramente ella sabía algo de su paradero.
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Desde la sombras | The Legend of Zelda
FanfictionElla o mejor dicho, 《Él》siempre debía estar callado y oculto. Ahora que la misión del recién despertado Héroe del Tiempo iniciaba. Debía soportar las ganas de verlo y ponerse al día de todo lo vivido, ahora tenía asumida otra piel, el último miembr...