Juntos

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—Ya deja de llorar Link... Ahora estamos juntos... Y así lo hemos de resolver.— le animó sonriendo para luego besar con dulzura sus labios. —No te pongas así. Cuando te veo lastimado me entristece.— dijo mientras apretaba su mano con fuerza y el chico asentía.

—Sí... Tienes razón... Me alegra que te tengo a ti...

—Y tú también eres todo lo que tengo Link...— suspiró con tristeza mientras caminaban alejándose del lugar.

—¡Hey! ¡No se olviden de mí! ¡También cuentas conmigo Link!— reclamó Navi mientras chocaba su cuerpo contra la pareja.

—Es cierto Navi... También te tengo a ti...— dijo ofreciéndole un dedo para que se posara en él, luego se colocó a su costado y llegaron a la entrada de las ruinas de lo que antes fue la Ciudadela de Hyrule, lo único positivo es que al menos el cielo estaba despejado y las estrellas alumbraban el lugar.

—¿A dónde iremos ahora Link?— preguntó con preocupación, realmente no tenían donde quedarse, Link no podía disponer de su casa en el Bosque Kokiri porque no podían permanecer allí, eran adultos y la maldición del bosque los mataría. Tampoco podían quedarse en el castillo de Hyrule porque estaba en ruinas, realmente tenían opciones muy limitadas.

—Bueno, Kakariko está a media hora a caballo... Podemos ir a allí y... Buscar una posada...— propuso con preocupación, realmente no quería que la princesa durmiera en el suelo.

—No está mal la idea... Teniendo en cuenta que anocheció y que la casa de Impa desafortunadamente ella posee la llave...— dijo mientras el chico se retorcía por un malestar proveniente de su torso. —¿Qué tienes Link?— preguntó de repente al ver al chico hincarse, pero el sacudió la cabeza en forma negativa.

—No es nada.— mintió sonriéndole nerviosamente. —Mejor vámonos... No quiero que duermas en el suelo...— propuso mientras comenzaban a caminar y la chica le tomaba de la mano, aunque el caminar con una costilla rota le dificultaba mucho la labor y cuando llegaron cerca del Rancho Lon Lon el chico volvió a retorcerse por el dolor.

—Link... Esto es serio... Deberías tratarte eso.— sugirió Navi por lo bajo mientras el rubio le apartaba agitando su mano a los lados.

—Zelda... ¿Te parece mejor si recogemos a Epona y vamos a caballo a Kakariko?— propuso mientras la chica asentía y redirecionaban el rumbo al lugar.

Al llegar encontraron todo como de costumbre, aunque ya habían pasado dos o tres horas desde que el sol se había puesto. Al llegar una chica pelirroja les saludó sonriendo cálidamente.

—¡Hola Link! ¡Ya volviste!— exclamó la pelirroja mientras lo abrazaba con mucha presión en su espalda, haciendo que dolor del rubio se intensificara. —¿Quién es ella Link?— preguntó mientras la rubia le sonreía con timidez.

—Es mi novia... Se llama Zelda.— dijo mientras tomaba aire de forma desesperada y Malon arrugaba un poco la cara. La princesa al oír la afirmación del rubio se sonrojó notablemente para luego sonreír un poco.

—Mucho gusto Zelda... Me llamo Malon, soy una vieja amiga de Link...— se presentó con un dejo de molestia en su voz.

—El placer es todo mío...— saludó mientras estrechaba la mano de la pelirroja que mantenía la vista en el suelo. —Yo también conocí a Link cuando éramos niños... Fue en la ciudadela...— sin que la rubia los viera se adelantó un poco y levantó su túnica junto a su camisa para observar que la costilla que tenía rota estaba del lado opuesto que la que se había herido anteriormente, además que estaba morado y ahora sentía una punzada cada vez que se movía y que el aire le lastimaba. Realmente no se veía nada bonito.

Desde la sombras | The Legend of Zelda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora