Desde la sombras | The Legend of Zelda

Desesperación

El rubio luego de quedarse dormido junto al árbol en el pueblo de Kakariko se levantó con una extraña sensación que recorría su cuerpo... Su cuerpo emanaba un olor bastante particular, y tenía un sabor peculiar en su boca ¿Qué pudo haberlo causado? Aquellas preguntas de su mente fueron interrumpidas por su fiel compañera que se había levantado y comenzó a revolotear sobre él.

—¡Link despertaste!— dijo volando en su cabeza mientras dejaba caer brillo de hadas —Creo que nos atacaron ayer...— dijo recordando aquel extraño suceso cuando vigilaba y repentinamente cayó rendida al sueño.

—¿En serio? Pero no me han robado nada...— dijo extrañado al ver que sus cosas estaban intactas.

—Eso es raro... Sólo recuerdo que estaba vigilando y un extraño objeto de repente cayó cerca de mí y segundos después caí dormida...— sacudió las alas para luego agitarlas con energía. —Aunque lo necesitaba... Estaba muy cansada y tú también necesitabas descansar...— suspiró mientras el rubio se incorporaba.

—Eso es cierto, ya me siento mucho mejor ahora.— luego fue en dirección a una casa donde vivían los carpinteros del pueblo con la única intención de inspeccionar, pero se sorprendió al ver que Talon estaba dormido en una de las camas. —Voy a despertarle, así volverá al rancho con Malon.— dijo mientras buscaba un cucco con la dama de los cuccos del pueblo, ella le entregó un huevo que al nacer era una de las aves de sus pesadillas, aquel le sirvió para despertar al hombre que inmediatamente se fue al rancho corriendo apenas despertó.

—¡Hey Link mira!— la dama de los cuccos le había obsequiado a un cucco bastante peculiar, era color azul y apenas cacareaba, llevaba por nombre Cojiro.

—El cucco pertenece a mi hermano, está en los Bosques Perdidos...— dijo mientras el rubio asentía y se dirigía en dirección al bosque, mientras desde las sombras observaba un peculiar ser.

—Link... Ayudando a los demás... Eres admirable.— suspiró mientras el chico se adentraba a los Bosques Perdidos y le entregaba el cucco al chico Punk que estaba sentado con la vista al suelo y que al recibir a su amigo comenzó a dar saltos de alegría. —Oh Link... Temo por ti ahora mismo, pues siento que estarás en peligro mortal.— dijo al tiempo que miraba el cielo que tenía muy mala pinta. —Te esperaré en Kakariko Link...

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El paladín se encontraba caminado junto a su hada luego de haber realizado todos y cada uno de los trabajos de comercio en todo Hyrule, fue acompañado en la mayoría de ellos por Sheik desde las sombras, pero cuando el chico se dirigía al Valle Gerudo, Sheik se vió obligado a dejarle, pues sintió una presencia extraña proveniente de Kakariko así que acudió al sitio inmediatamente. Allí estaba su tutora esperándole.

—Sheik. Cuánto tiempo.— saludó la albina cruzándose de brazos.

—Impa. Es un gusto. ¿Estás bien?— preguntó con algo de preocupación mientras la albina sacudía la cabeza de forma afirmativa. —Es que he sentido un aura...— pero no pudo continuar porque la albina le interrumpió inmediatamente.

—Sí. Es el espíritu de la Sombra, temo que su sello se haya debilitado por el mal.— dijo con preocupación para luego dedicarle una sonrisa al Sheikah.

—Ya veo...— suspiró al tiempo que la albina volteaba y se dirigía en dirección al cementerio.

—Iré a revisar el sello que hay en el templo. Y tú plan, dio sus frutos...— se detuvo unos pasos para terminar la frase y luego atravesar el umbral del cementerio. —...felicidades.— dijo para luego abandonar aquel sitio en dirección al Templo. —Procura portarte bien.— dijo dibujando una media sonrisa mientras se internaba en el templo.