Limpieza

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—Buenos días Zel.— le despertó con una sonrisa de par en par, la chica se estaba levantando recién y estaba completamente despeinada y fue sorprendida por el chico, él le traía el desayuno.

—Buenos días mi amor...— saludó con pesadez al tiempo que se incorporaba. -—Qué... Hiciste el desayuno?— preguntó sorprendida.

—Por supuesto, quería darte una sorpresa, hoy es mi turno de levantarme temprano y sorprenderte.— dijo sonriendo mientras extendía un trozo de pan tostado y la chica lo tomaba para darle un mordisco.

—Delicioso...— dijo suspirando mientras el chico sonreía triunfante.

—Me alegro que te guste.— la princesa le miró con ternura para luego besar sus labios en contacto efímero pero cargado de emoción.

—Sí... Me gustó mucho...— dijo al tiempo que se acercaba aún más al chico para susurrarle al oído. —Pero tú me gustas más...— dijo en tono seductor mientras besaba su cuello y él suspiraba.

—Te amo...— suspiró mientras trataba de apartarla un poco, pero ella seguía insistente, al menos así fue hasta que un golpe en la puerta les sobresaltó.

—¡Link! Voy a entrar...— dijo una voz ronca femenina al otro lado de la puerta. Aquello los puso alerta y se separaron bruscamente para disimular que estaban en otras actividades.

—¡Es Impa!— exclamó la chica alterada mientras se acomodaba en la cama cuando la albina entraba a la estancia.

—Buenos días a... Ti...— dijo entrecortada al ver al chico sentado en la misma cama que la chica con una bandeja con el desayuno. —Buenos días alteza.— saludó sonriendo. —¿Se siente bien? Porque el chico le ha traído la comida a la cama y por lo visto se la estaba dando directamente en la boca.— observó mientras la mano del chico tenía unas cuantas migas de pan.

—S-Sí Impa... Sólo que Link... Él...

—Ya veo. ¡La estás consintiendo! ¡Que bien!— dijo sonriéndole mientras se ponía nervioso. —En fin, vine para acá y encontré una carta para ustedes, más exactos para Link. De tu amigo Darunia.— explicó mientras enseñaba aquella misiva con el nombre del paladín en ella junto al símbolo Goron como sello.

—Veamos... Me pregunto qué será...— dijo curioso mientras abría el contenido del sobre.

"A Link,

Goro-Hermano, ¡Eres toda una goro-leyenda! Sabía que eras diferente de todos los goro-hombres ¡Salvaste a nosotros los Goron, ahora salvaste a los amigos Zora y finalmente a su majestad! Un goro-héroe, eres todo un Goron con un corazón de oro muchacho. Ven a visitarnos a la Ciudad Goron, queremos hablar con su majestad para ayudar a la reconstrucción del goro-reino.

Att: Darunia, el jefe Goron"

—¡Fascinate!— exclamó con alegría el chico mientras la princesa le observaba con curiosidad.

—¿Qué dice?— preguntaron curiosas.

—Los Goron se unirán a la reconstrucción del reino.— la rubia al oírlo se le desorbitaron los ojos junto a la Sheikah. —Nos han invitado a la ciudad, ese será nuestra siguiente parada.— dijo seguro mientras la chica asentía.

—Muy bien por ustedes chicos. Yo me encargaré del restaurante junto con Malon, así me distraeré un poco.— dijo la albina mientras el chico suspiraba.

—¿Seguro Impa? No es obligado que lo hagas, si lo deseas puedes ir a la Montaña de la Muerte con Zelda y yo me encargo.— propuso el rubio mientras la chica observaba sin poder objetar.

Desde la sombras | The Legend of Zelda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora