Una sorpresa

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Unos cuantos días después de su día de campo en el Lago Hylia, la pareja junto a Impa pasaron los días en Kakariko, pues Zelda debía guardar reposo por aquellos malestares sufridos antes.

Según lo que dijo el doctor de la ciudadela sólo eran secuelas de la gripe que pescaron en Lago Hylia hace unas cuantas semanas atrás.

Impa mantenía a la muchacha siempre bien hidratada y le preparaba brebajes muy variados para combatir malestares. Ella siempre estaba en cama y Link le atendía tal como debía atenderse a una princesa. Aunque a ella no le gustaba ser tratada así, pues a sus palabras "Se sentía inútil"

En ese plan pasó casi una semana y ella continuaba con malestares se sentía bastante cansada y agotada, apenas tenía energías, náuseas, vómitos e inclusive desmayos. Eso tenía a su tutora y al paladín bastante preocupados. Por ese motivo Nabooru les visitaría, además llamaría al boticario de la ciudadela y traería más galenos de ser necesario.

Tocaron la puerta varias veces, Impa abrió y se encontró con Nabooru.

—Ya llegué. ¿Cómo está ella?— preguntó mientras ingresaba a la casa.

—Está arriba, se siente algo débil...— dijo con notable preocupación en su voz. —Temo que sea más que una simple gripe común...

—No te preocupes... Es menos que eso.— trató de animarle colocando una mano en su hombro, luego subió las escaleras y siguió en dirección del cuarto de la pareja. —Aunque podría sorprendernos el diagnóstico...

Allí estaba ella, recostada dentro de sus sábanas, a su lado Link que le atendía y estaba pendiente al más mínimo detalle en ella.

—Hola... Booru...— saludó la joven princesa con una expresión bastante agotada en su rostro.

—¿Te sientes bien?

—Sí... Sólo algo cansada... Ya sabes... Muchos vómitos...— dijo encogiéndose de hombros. —Lo peor del caso es que ni siquiera tolero la comida.— suspiró algo cansada mientras Link cambiaba la compresa por una más fresca. —Sólo sopa...

La matriarca Gerudo pensó por unos instantes atando cabos. 

Pues claro...— luego miró a la chica que tenía la mirada fija en ella. —Lo siento querido, no te saludé.— apenas había notado a Link, estaba sujetando su mano mientras colocaba compresas frescas en la cabeza de la chica.

—Hola Nabooru... No importa.

—Bueno, el doctor viene en camino.— informó mientras tomaba asiento en una silla donde seguramente se sentaba Impa. —¿Dónde está...?

—Seguramente haciendo una sopa.

—Oh... Ya veo...— miró a Link y notó que este tenía la mirada pesada mientras cabeceaba un poco a causa del sueño.

—Deberías dormir un poco.— sugirió la rubia mientras él negaba con la cabeza con terquedad.

—Tiene razón, mientras llega el doctor.— afirmó la pelirroja al tiempo que el muchacho se acurrucaba junto a la rubia y se quedaba dormido.

La reacción de sorpresa fue bastante grande, estaba como un tronco. Zelda únicamente le sonrió con ternura y besó su mejilla.

—Eso fue demasiado rápido... No lo culpo... Hasta yo dormiría así si hubiera pasado cuidando de mí toda la noche...— suspiró mientras lo acunaba en sus brazos y miraba a Nabooru para sonrojarse al verse en esa posición.

—Majestad no se preocupe, siéntase cómoda.— dijo entre risas al ver a la chica bastante avergonzada.

Ella guardó silencio y sólo acarició su mejilla mientras dormía.

Desde la sombras | The Legend of Zelda Donde viven las historias. Descúbrelo ahora