Desde la sombras | The Legend of Zelda

Revelación

—Link... ¿Estás dormido?— preguntó la chica de piel oscura mientras tocaba su rostro buscando señales que estuviera consciente. —¿Navi?¡Hey Navi!— le llamó por lo bajo sin encontrar respuesta del hada que estaba igual de rendida.

—Zelda... Te salvaré... Sí... Te salvaré... Y después... Jugaremos juntos... De nuevo...— hablaba entre sueños el chico mientras se movía un poco, aquello enterneció en gran manera a la chica que suspiró y sin perder un segundo más y aprovechando que Navi dormía se acercó al chico para despojarle de su túnica, camisa y sombrero.

—Te ves muy tierno mientras duermes Link...— suspiró al ver al chico sonreír mientras decía su nombre entre sueños. —Espero no tener que despertarte. Pero tengo que revisar esa herida Link...— luego de aquello comenzó a tocar su piel con mucho cuidado, hundiendo sus dedos en su abdomen en busca de alguna fractura u otra herida que el chico tuviera. —"Estoy bien. No es nada"... ¡Sí claro!— bufó mientras sus dedos se topaban con una superficie algo áspera. —Oh... Diosas...— se sorprendió al ver las cicatrices que tenía en el pecho y brazos, aquello le generó una tristeza enorme, luego una solitaria lágrima bajó de sus ojos para caer en el pecho del chico. —Todo esto por mi culpa...— se lamentó mientras comenzaba a sollozar sobre él. Luego se calmó y limpió sus lágrimas para seguir examinando su cuerpo, esta vez en sus hombros buscando algún hueso fuera de lugar o una lesión. —Cielos Link... Tienes el sueño pesado.— suspiró mientras acababa de examinar sus hombros y se dirigía a sus costillas donde con los dedos juntos ejercía un poco de presión en cada una.

—Parece que todo bien...— sin embargo el chico al recibir la presión en la costilla lastimada en su estadía en el Templo del Espíritu se retorció de dolor moviéndose un poco. —Lo siento Link...— se disculpó, pero el chico seguía en su ensoñación. —Me pregunto qué soñarás... ¡Diosas Zelda, mejor revisar al pobre!— se regañó mientras buscaba algo para iluminar mejor y revisarle con mayor eficacia. —¡Ven aquí Navi!— dijo tomando a la resplandeciente hada para luego colocarla cerca e iluminar la herida que estaba morada por la sangre cuajada y el no ser tratada, aquello seguro que le dolía. —Demonios Link... Bueno, solo tardaré un poco... Gracias por iluminar Navi.— luego la colocó en su sitio y colocó su mano en la costilla que tenía rota y dejó fluir magia en ella. —Debes cuidarte más...— le regañó jalando de su mejilla para luego desatar otra venda de su traje y amarrarla en su cuerpo. —Al menos el hombro tuyo ya sanó.— suspiró al ver la venda que le había puesto en Kakariko.

—Zelda... Zelda... Hmmmm.— le llamó en tono suplicante mientras la chica le miraba con dulzura.

—Aquí estoy Link...— le respondió con una voz más femenina y delicada haciendo que el chico sonriera.

Luego sin aviso previo el chico le jaló con sus brazos y le tomó para seguir durmiendo. Suspirando mientras se abrazaba a la chica que estaba algo sonrojada, aunque la sensación le gustaba. Pero no era el momento, al menos no todavía. 

—Cielos Link... Eres fuerte hasta cuando duermes...— la chica trataba de zafarse de su agarre pero era bastante complicado, tenía casi todo el peso de su cuerpo sobre ella. —Muy tierno y todo. Pero aún no podemos descansar...— luego tomó impulso y salió con delicadeza de sus brazos para dedicarle una mirada tierna y acercarse a su rostro deteniéndose a pocos centímetros de sus labios dejando que su respiración chocara una contra la otra —Ya dormiremos juntos algún día... Por ahora duerme bien mi héroe...— se despidió mientras acortaba la distancia y unía sus labios en un beso tierno de despedida. —Sé que está mal... Y que ni siquiera te doy opción a reaccionar... Discúlpame.— luego dejó una nota en su gorro y abandonó la estancia mientras el alba estaba a pocas horas de llegar.

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—¡Link despierta!— llamó Navi mientras el chico se despertaba somnoliento.