No, no te vayasAún quedan palabrasMil frases del almaY entre ellas no estaba el adiósEspera, por Dios
Falta besarte más, acariciarteAdemás hay promesasDe esas que hay que cumplirNo te puedes ir
Rompecabezas sin piezasLos planes, los sueños que apenas comiezanEsto es un errorNadie más va poner en tu boca su amorNo como yo
Te amo sin miedoTe amo cobardeTe amo sin tiempoTe amo que ardeLo sé, te perderé
Al llegar a su habitación de hotel, Altagracia decidió primero tomar una ducha y olvidarse de las palabras de José Luis.
Se relajó en la bañera con el agua aromatizada y una música instrumental. Se sentía tan cansada y agobiada como nunca.
Pero las palabras de José Luis seguían resonando en su mente como un eco de su propia voz mental, hizo una mueca al recordar que el vendría a recogerla a las siente, miro el reloj, eran las tres de la tarde por lo que tenía tiempo para descansar.
Salió de la bañera, se secó con la toalla más suave y afelpada de toda su vida, decidió ponerse un pijama para estar cómoda. Se lanzó a la cama con pesadez y suspiro de placer, estaba rendida, sólo quería dormir...
¿En qué momento de se durmió? No lo sabía, sólo se levantó sobresaltada cuando la puerta de su suite era tocada, sin verse si estaba en condiciones normales de abrir fue a la puerta y abrió, parpadeo un par de veces hasta que identifico ese cuerpo fuerte enfundado en un traje de trabajo de color azul marino.
- oh dios! -gimió avergonzada, se hizo a un lado para que pasara- lo siento, me quede dormida....
- No pasa nada -José Luis parecía divertido, pero había cierto brillo en sus ojos que no quería identificar-
- el vuelo....el baño.... -comenzó a balbucear como una colegiala- dame unos minutos...
Corrió al cuarto y cerró la puerta, busco entre su maleta un vestido veraniego algo formal y a la ves informal, eligió el amarillo pastel.
Se quitó la pijama y se puso el vestido, se ajustaba algo a sus pechos pero no se veía mal, busco unas zapatillas negras de tacón, se las puso y luego se hizo un moño formal para darle un toque Chit a su atuendo.
Se puso un poco de polvo, delineador, rímel y un labial rojo que le quedaba a su color de cabello. Luego se tiró casi un kilo de perfume y no decir desodorante, se rió por lo maniática que se veía en estos momentos.
Salió y le dio una sonrisa tímida a José Luis, agarro su bolso de la mesilla del recibidor.
- Estas hermosa -le dijo el mientras le colocaba una mano detrás de la espalda- hice una reservación en el restaurante que te gusta.
- oh..
Dejo que la guiara fuera de la habitación, se sentía nerviosa ante su presencia.
Charlaron sobre cómo les fue durante esos cinco años, cosas banales e impersonales, ninguno de los dos toco el tema del divorcio o de la proposición.
Al llegar al restaurante, el dueño, Anatole Anteikos, la saludo efusivamente de igual manera ella le regresó el saludo.
Pidieron la recomendación del chef, y mientras Anatoles se desplazaba de varias anécdotas de el y José Luis.
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Convenientemente amandote.
PoesiaQue pasa si te obligan a casar y sales de ti vida llena de dolor y este matrimonio termina por destruirte, se podrá superar tanto dolor? Historia adaptada a Navagracia