En el camino se rieron de toda su aventura y ella soltó en risas acordándose la cara enfuruñada de Luis al ver como los hombres del lugar veían a su mujer curvilínea.
Pensé que te gustaban las anoréxicas, dijo riéndose de verle su cara roja del enojo...
Eres tonta, ninguna es como tú, nadie es como tú y por eso me gustas...
Altagracia se bajó del vehículo, en un momento José Luis tuvo la impresión que Altagracia se había tirado de el en marcha, parecía una niña feliz...
Mientras la miraba divertido, ella comenzó a quitarse las zapatillas en la playa. Cuando sus pies tocaron la fresca arena se sintió tan bien que soltó un largo suspiro de éxtasis, dejo tiradas las zapatillas y salió corriendo hacia la orilla del mar que la tentaba.
Se alzó un poco el vestido, dio varios pequeños brincos cuando las pequeñas olas le acariciaban los pies.
— estás loca –podía escuchar la diversión en la voz de José Luis– anda sal que puedes enfermarte.
— oh no, un ratito más si –lo miro suplicante–
José Luis la cargo, grito al sentir un azote en sus nalgas se revolvió y los hizo caer los dos a la arena justo cuando las olas subían a la superficie.
Comenzaron a reír, estaban completamente mojados y se sentía tan bien, sin pensarlo se cernió sobre el quedando sentada un poco más arriba de su cintura, su vestido se subió a sus muslos, coloco una mano sobre el fuerte abdomen de Jose Luis.
Grito cuando José Luis se impulsó y los cambios de lugar, ahora Altagracia estaba abajo y José Luis arriba con las piernas de ella envuelta en su caderas.
— bruja provocativa —le dedicó una sonría cuando ella miro con tanta intensidad—
No pudieron evitar sellar sus bocas, pensó que el se separaría pero fue al contrario, acepto sus labios en un beso salvaje lleno de muchas cosas que ninguno de los dos podía decir con palabras, la manos de José Luis acariciaron sus muslos, su cintura, el contorno de sus pechos para después cubrir uno con una mano.
— Dios santos –exclamo José Luis entre el beso– no tienes sujetador....
— no, ni bragas —dijo aquello y se pegó más a la erección de el para que el sintiera lo húmeda que estaba– por favor.... Quiero hacer el amor contigo...
Suplicó frustrada sexualmente, se volvieron a besar por unos largos minutos hasta que José Luis los levanto y los llevo a la limosina que los estaba esperando.
Se dejaron caer sobre el asiento sin dejar de besarse, acariciar se el uno al otro como si la vida dependiera de ello.
Cuando la limosina paró ellos se separaron e intentaron arreglase lo más que se podía, Jose Luis le puso el sacó sobre sus hombros para cubrirla.
Con una mirada cómplice los dos pasaron por el vestíbulo con varias miradas sobre ellos, subieron al elevador y pulsaron la planta nueve, Altagracia se armó de valor y busco la mano de José Luis, el las entrelazo y así estuvieron todo el camino a su suite.
Salieron el elevador y caminaron hasta la habitación, Altagracia sacó la tarjeta de acceso para luego deslizarla, entro y dejo su bolsa en la mesilla.
Se giró y con una mano jalo a Jose Luis por el largo de la corbata, estampo su boca con la de el, se impulsó hacia arriba para que el la ayudara a cargarla.
Las fuertes manos de Jose Luis apretaban sus nalgas mientras ella enterraba las manos en la cabellera de el, estaba excitada como nunca.
Su espaldas fue pegada a la pared mientras Jose Luis dejaba besos por todo su cuello, las tiras de su vestido fueron bajadas hasta dejar sus pechos grandes e hinchados.
Luis le quitó los parches y sus pezones se alzaban, grito cuando el inclino la cabeza, y se metía uno a la boca.
Dios!!! Movió las caderas contra la erección de el que sobre salía, quería sentirlo y odiaba sentir la tela, gimo enfurruñada.
— Quiero estar piel con piel —se quejo. Jose Luis le mordía un seno— ooooh....
¿Está era ella? Dios, lo que hacia la abstinencia sexual a una persona.
Fueron a trompicones a la recámara, Altagracia cayó en el mullido sillón, su vestido fue bajado de un tirón por las piernas dejándola completamente desnuda.
Jose Luis la agarro de un pie e hizo que ella se diera la vuelta para quedar boca a abajo, gimió cuando la manos de le acariciaron la piel sensible de todo el cuerpo, besos húmedos en sus glúteos al igual que mordidas.
Escucho como Jose Luis comenzaba a deshacerse de su propia ropa hasta quedar desnudo, ella con gusto dejo que le abriera las piernas estando así cuando el traseros la pecaminosa vista de los ojos de Jose Luis le hizo sonrojarse.
Las manos masculinas acariciaron los contornos de su espalda, ahuecaron sus pechos, los apretaba mientras que con su miembro la provocaba colocándose entre sus glúteos.
Todo era tan intenso que quería gritar por lo maravilloso que se sentía,
— vamos a probar estar posición –escucho su voz ronca sobre su oído y ella sólo asintió—
Se arqueó cuando el comenzó a entrar dentro de ella, podía sentir su miembro abrirse paso en su interior. Alzo más el trasero para ayudarlo, la penetro tan profundamente que grito.
— ¿estas bien? ¿Te hice daño?
— no, sólo déjame acostumbrarme...
Después de unos segundos movió las caderas en señal podía moverse, empuño las sábanas con sus manos y la cabeza en la almohada cuando Jose Luis comenzaba a moverse primero lentamente y luego rápido.
Su cuerpo se tensaba ante las sensaciones que la invadían, no podía evitar gemir cada vez que el entraba y salía de ella, su cabello se le pegaba al cuerpo sudoroso.
Podía sentir llegar casi el orgasmo y cuando llego fue tan demoledor que no pudo evitar gritar aunque el todavía no llegaba, oh dios eso había sido tan fenomenal.
Jose Luis se salió de su interior y luego la volteaba, reclamó sus labios y ella con gusto acepto el beso, Jose Luis colocaba su miembro sobre sus labios íntimos y comenzaba a moverse por fuera, gimió por la fricción.
Hasta que se corrió, una calidez le cubrió el vientre y un poco más arriba hasta el ombligo.
Agitados y extasiados quedaron tumbados sobre la cama, no podía evitar la sonrisa bobalicona que le cubría la cara. Pero quería hacer algo que jamás había hecho.
Gateo hasta el miembro de Jose Luis, lo cogió con las dos manos, suave, caliente y duro, movió las manos con cuidado ya que no sabía si le hacia daño, cuando vio que su erección crecía sin pensarlo metió la punta a su boca y chupo, podía sentir un sabor almizcle, así que chupo y adentro más el pene a su boca hasta, subió y bajo ejerciendo presión.
Escucho el gemido ronco de Jose Luis y supo que lo estaba haciendo bien, continuo con su tarea hasta que el se corrió dentro de su boca, trago todo.
Sacó el miembro de su boca, se lamió los labios mientras le daba una sonrisa a Jose Luis.
— ¿lo hice bien? –pregunto algo insegura–
— fue el mejor sexo oral que me han hecho –alabo Jose Luis– ven, vamos a dormir.
Se acostó a su lado y el la envolvía entre sus brazos, se sentía bien estar así con la persona que amabas.
Se despertó sola en la cama, parpadeo un par de veces y Luis no estaba a su lado, ni su ropa estaba desperdigada por la habitación.
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Convenientemente amandote.
PoesieQue pasa si te obligan a casar y sales de ti vida llena de dolor y este matrimonio termina por destruirte, se podrá superar tanto dolor? Historia adaptada a Navagracia