Capitulo 24

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Si, las cosas habían cambiado demasiado en la vida de Altagracia y aunque no lo quisiese admitir su corazón palpitaba a mil por hora con cada detalle que tenía José Luis, siempre fue un multimillonario derrochón, pero jamás pensó que pudiesen existir cosas románticas con tanta excentricidad.

Hablaban por lo regular dos o tres veces al día, en las noches eran horas entre skype y diferentes chat de videollamadas.

¿por qué Luis decidió no quedarse el mes de las vacaciones juntos? a pesar de haber dejado el personal idóneo y capacitado para realizar las labores impecablemente en la empresa.

Pues sencillo, Altagracia se lo había pedido, a pesar de no estar con él o en una relación por más de 5 años, quería pensar las cosas con calma y que más que el sol, brisa y mar para que pudiese aclarar sus sentimientos y sobretodo intentar sanar su corazón.

Al llegar a Italia, llego una mujer renovada... feliz y llena de esperanza que decidió arriesgar todo por el todo, aunque no se la pondría fácil esta vez a Luis, le amaba pero no podía mostrarse vulnerable.

Después de hablar con su padre sobre el proyecto en Santorini, decidió que iría y cumpliría con la promesa que le hizo a Luis ... trabajar juntos y dejar que él se volviese a ganar su corazón.

(...)

Empaco sus maletas y después de hablar con José Luis sobre las reglas que tendrían se dispuso a salir de su casa, le pareció extraño que Daniel en este caso no se había puesto a la orden para llevarla al aeropuerto, siempre se destacó como un caballero atento con su cuñada.

Al salir se encontró con el peor de sus temores, si una limosina pero eso no era todo. José Luis estaba dentro de ella.

Sin mediar palabra. miro para atrás y se encontró con las miradas de complicidad de su hermana y cuñado, no quiso hacer un berrinche y entro de mala gana.

—Hola Navarrete, te he puesto unas reglas y no las has cumplido.

—Me has dicho que no quieres que nadie se dé cuenta en Grecia, pero aún estamos en Italia, además no veo algo malo en compartir una limosina, un avión y una champaña con tu ex esposa.

—Sabes que no me importa el que dirán, pero quiero estar segura de muchas cosas... debes entenderme.

—Lo entiendo y te lo he dicho estoy dispuesto a esperarte el tiempo que sea necesario y lo hago porque te amo, lo dijo haciendo énfasis en las últimas dos palabras.

Altagracia no evito sonreír, pero no iba a dar su brazo a torcer fácilmente, el camino fue delicioso, en el Boeing 787- 8 BBJ de la compañía de José Luis, cuando emprendieron el viaje Altagracia se puso sus audífonos y José Luis de una forma delicada retiro cada auricular del oído de Altagracia, la miro y dijo con un tono cariñoso ... quiero hablar con mi esposa.

Altagracia lo miro con desdén y dijo ex esposa, señor Navarrete si se siente solo cómprese un perro o llame a la azafata que lleva media hora mirándolo como perra en celo.

José Luis casi se ahoga con el coctel que estaba tomando a ver la expresión de Altagracia, la miro a sus ojos los cuales no eran el mismo verde, se veían negros por un segundo pensó que si las miradas matasen el ya yacía en el mismo infierno.

—Quiero hacer las cosas bien cariño.

—Lo siento, estoy algo aturdida por el viaje y porque sigues tomando las decisiones sin importar mi opinión, quedamos en que no íbamos a mostrarnos frente a los demás y ahora vamos a llegar juntos en tu jet privado, bravo Luis.

Convenientemente amandote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora