Angustiado como nunca, Hoseok estaba frente al espejo del enorme cuarto de baño, pero no se molestó en buscar una toalla. No hizo nada para mejorar su aspecto. Sencillamente, se miraba a sí mismo en el espejo.
Era lógico que Jungkook hubiera buscado otra pareja.
Jeon Jungkook era un hombre de metro setenta y ocho, guapísimo y de devastadora masculinidad, y Hoseok era... ¿qué?
Un chico normal y corriente.
Mirando su pelirroja melena pensó en el tiempo que había tardado cada día en transformar ese pelo rizado en la melena lisa que todo el mundo esperaba. Y aunque había perdido peso en el último año, sus glúteos seguían siendo grandes y sus caderas pronunciadas.
Era lógico que Jungkook hubiera elegido a su hermano.
Intentando no pensar en ello, Hoseok abrió el grifo y se echó agua fría en la cara.. Lo único bueno de haber perdido a su marido por otra persona era que ya no tenía que esforzarse con su aspecto exterior, pensó, irónico. Podía ser él mismo. ¿Qué iba a perder?
Nada.
Ya lo había perdido todo.
Pero la vida seguía poniéndole obstáculos y ahora tenía un nuevo reto frente a él. Tenía que olvidar su sueño de tener un hijo propio y cuidar del niño que era el resultado de la aventura de su marido con su propio hermano.
Asustado de repente, Hoseok se llevó una mano a la boca. Estaba muy bien tener principios y decir que iba a cuidar de él, ¿pero y si no podía hacerlo? ¿Y si odiaba al niño? Eso lo convertiría en una persona horrible, ¿no?
Él quería hacer lo que era correcto, ¿pero y si hacerlo resultaba demasiado difícil?
Su encuentro con Jungkook había sido un millón de veces más difícil de lo que había anticipado y ya había anticipado que lo sería.
Aunque su matrimonio estaba roto, nada lo había preparado para el dolor de verlo con otra mujer. O para darse cuenta de que la herida no había curado. Aún no lo había olvidado y no lo haría nunca.
Había aprendido a sobrevivir, eso era todo. Pero la vida sin él era anodina y sin color.
—¿Hoseok? —la ronca voz de Jungkook le llegó desde el otro lado de la puerta y se quedó inmóvil, mirando el cerrojo.
Ni siquiera en un ataque de furia se atrevería a tirar la puerta... ¿o sí?
No entendía su rabia. Debería estarle agradecido por resolver su problema. Lo último que Jeon Jungkook necesitaba era un niño.
Una imagen de la actriz apareció entonces en su cerebro, paralizándolo. Por un momento, no podía moverse o pensar.
¿Qué había creído, que Jungkook estaría solo en casa, pensando en él?
—¡Espera un momento! —gritó, mirándose al espejo y esperando ser la persona que debía ser.
No quería ser un tonto patético y celoso. Quería tener fuerzas para dejar ese matrimonio con la cabeza bien alta y la dignidad intacta. Quería ser lo bastante maduro como para cuidar de ese niño y darle el cariño que merecía, por mucho daño que le hubieran hecho sus padres.
Ésa era la persona que quería ser.
Apretando los dientes, Hoseok se dio la vuelta y abrió la puerta.
ESTÁS LEYENDO
PODEROSO
FanfictionLas vestimentas de diseño nunca habían podido esconder lo poco elegante y cosmopolita que Hoseok era. Ahora, sin embargo, el imponente Jeon Jungkook exige a su esposo que vuelva a casa... y aunque le avergüence reconocerlo, él está deseando hacerlo...