Hoseok entró en el coche de Jungkook, aparcado en la puerta, y los miembros de seguridad los siguieron en otro vehículo.
Estaba preparado para una discusión, pero él no dijo nada. Se limitó a sacar el móvil del bolsillo para hacer una llamada y habló en griego con alguien.
Unos minutos después atravesaban la verja de la casa e iban directamente al garaje.
Hoseok se quedó en medio del vestíbulo, con el enorme lucernario sobre su cabeza. Se sentía insignificante y se preguntaba cómo podía Jimin seguir dormido después de tanto drama.
Jungkook dejó la bolsa de viaje en el suelo y, después de dar instrucciones para que la niñera se encargase del niño, puso una mano en la espalda de Hoseok para llevarlo al invernadero, en la parte trasera de la casa.
Era un sitio lleno de fabulosas plantas exóticas, pero él estaba demasiado angustiado como para darse cuenta.
—Has vuelto a marcharte —le dijo.
—No había dejado al niño, quería dejarte a ti.
—¿Por qué?
—Tú quieres que me olvide de tus aventuras, pero no pienso hacerlo. No pienso hacerme viejo viendo cómo lo pasas bien con otros.
—¿Pasarlo bien con otros? ¿Cuándo he dicho yo eso? —replicó Jungkook, sorprendido.
—Dijiste que debía estar de tu lado siempre, pase lo que pase. Imagino que eso significa que debo mirar hacia otro lado cuando te acuestes con otras personas... y lo siento, pero no puedo hacerlo.
—Pase lo que pase significa soportando lo que la vida nos ponga en el camino —dijo él—. Yo no dije nada de tener aventuras. No tengo intención de tenerlas. Te quiero en mi cama. A ti, a nadie más.
Hoseok tragó saliva, sabiendo que cambiaría de opinión cuando lo viera desnudo.
—¿Y si ya no hubiera química entre nosotros?
Jungkook se movió tan rápidamente que no pudo reaccionar. Un segundo antes estaba delante de él pero, de repente, estaba a su lado, tomando su cara entre las manos. Y sabía cómo besar para despertar la respuesta adecuada. Con la erótica exploración de su lengua, Jungkook convertía un beso en algo indescriptible y el último pensamiento coherente de Hoseok fue que si moría en aquel momento moriría feliz.
Después de unos minutos, en los que había perdido la noción del tiempo, por fin Jungkook se apartó.
—No creo que eso vaya a ser un problema —le dijo, con la seguridad de un hombre que ha demostrado lo que quería demostrar.
—No deberías haberlo hecho.
—La gente me ha dicho eso durante toda mi vida, pero si les hubiera hecho caso seguiría viviendo en una remota isla —totalmente relajado, Jungkook miró su reloj—. Decídete, Hoseok, sólo voy a preguntártelo una vez: ¿te quedas o te marchas?
Sabiendo que lo dejaría cuando descubriese lo que le había pasado, Hoseok asintió con la cabeza.
—Me quedo.
Al menos así podría pasar algún tiempo con Jimin.
—Muy bien. Le pediré a mi gente que emita un comunicado de prensa diciendo que vamos a adoptar al niño. Con un poco de suerte, a partir de ese momento dejarán de molestarnos.
—Pero si vuelvo contigo los periodistas me perseguirán a todas horas.
—Siendo mi esposo tendrás más protección que si estuvieras solo. Lo que ha ocurrido esta mañana lo ha dejado bien claro.
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PODEROSO
FanfictionLas vestimentas de diseño nunca habían podido esconder lo poco elegante y cosmopolita que Hoseok era. Ahora, sin embargo, el imponente Jeon Jungkook exige a su esposo que vuelva a casa... y aunque le avergüence reconocerlo, él está deseando hacerlo...