Capítulo 23

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Dedicado a
STITINY

HobitaJk


Hoseok se miraba en el espejo del cuarto de baño, viendo su pelo alborotado y sus mejillas ardiendo. Y no era una sorpresa porque habían estado haciendo el amor hasta el amanecer.

Hasta el amanecer...

Intentando ignorar la angustia que empezaba a nacer dentro de él, se puso un pantalón ancho y una sencilla camiseta y salió a la terraza.

Había una lagartija tomando tranquilamente el sol sobre la barandilla y uno de los gatos que pululaban por la isla se lamía una patita a la sombra.

Y, tan relajado como ellos, Jungkook leía el periódico con las piernas estiradas, su pelo oscuro aún mojado de la ducha.

Hoseok se aclaró la garganta y él levantó la mirada. Y su sonrisa de satisfacción hizo que quisiera abofetearlo.

Jungkook el conquistador, pensaba. Lo bastante hombre como para acostarse con alguien aunque no lo encontrase atractivo.

—Buenos días—lo saludó—. ¿Cómo estás?

—Bien, gracias.

Hoseok se sentía tan humillado que si hubiera podido irse de la isla lo hubiera hecho

en aquel instante. Y sabía que Jungkook se daría cuenta de su disgusto.

—Evidentemente, no te encuentras bien.

—Sí, estoy perfectamente.

—¿De verdad? Bueno, pues ahora puedes decirme lo que piensas de mí.

—No, mejor no.

—Quedamos en que no habría más secretos, ¿recuerdas?

—Muy bien—Hoseok apoyó una mano sobre el respaldo de una silla—. Si de verdad quieres saber lo que pienso... creo que eres el hombre más despiadado y más insensible que he conocido nunca.

—¿Perdona?

—Ya me has oído.

—Sí, pero no te entiendo. No parecía ser eso lo que pensabas cuando estabas desnudo y gimiendo debajo de mí anoche...

—¡No hables así! Es bochornoso. Ya es suficiente con que me hagas esas cosas y que yo... —Hoseok sintió que le ardía la cara de vergüenza—. Es como si estuvieras felicitándote a ti mismo por tu habilidad para hacer que cualquier persona caiga rendida a tus pies. ¿Qué quieres demostrar con eso?

—¿Por qué crees que quiero demostrar algo?

—¿Por qué si no te habrías empeñado en... seducirme durante toda la noche?

—¿Lo de anoche no te dijo nada, Seokie?

—Sí, claro que sí —suspiró—. Dicen que no sabes cómo pedir perdón, pero desde luego sabes hacer el amor.

—¿Crees que lo hice para pedirte perdón?

—Prefiero eso que la alternativa.

—¿A qué te refieres?

—Que lo hiciste por compasión. Eso sería mucho peor.

—¿Piensas que te hice el amor porque me dabas pena? No creo que la anatomía permitiera eso.—su aparente falta de emoción empeoraba el asunto aún más.

—Seguro que la tuya sí... tú no tienes ningún problema con el deseo sexual, ¿no? Aunque me di cuenta de que incluso tú tuviste que hacerlo en la oscuridad.

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