CAPÍTULO I • Incluso el más débil, puede ser fuerte •

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TERRENO INHABITABLE – NORTE DE WYRFELL

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TERRENO INHABITABLE – NORTE DE WYRFELL

CLEMATIS

Había transcurrido una semanada desde que partimos de Wyrfell. Conforme avanzábamos, el paisaje comenzaba a cambiar. Los montes verdosos llenos de vida iban poco a poco transformándose en terrenos áridos y carentes de vida. El agua transparente se comenzó a tornar de un color marrón y era imposible poder consumirla.

Nuestras provisiones comenzaron a escasear pese a que las administraba cuidadosamente. Cael daba lo mejor de sí, pero había momentos donde el hambre, la sed, y el frío que tenía provocaban que hiciera unos pequeños berrinches.

—Mira, un roedor —dijo Cael, quien apuntaba un poco más delante de nosotros.

El animal era pequeño y de color blanco, sus orejas eran grandes, y sus enormes ojos eran de color negro. En un inicio pensé que se trataba de un conejo, pero la cola larga que tenía me indicaba que era alguna especie de animal que no conocía.

—Cael, cielo, espérame en la cueva —le dije mientras sacaba la daga que traje conmigo.

La primera vez que Cael me vio cazando estos pequeños animales se escandalizó un poco, pero ahora prefería evitar pensar demasiado de donde provenía la comida que estaba en su plato.

Los humanos no consumíamos carne, desde que los Hanoun habían tomado el control del planeta nos vimos forzados a cambiar nuestra alimentación y nos resultaba incluso desagradable consumir carne, pero ambos estábamos en una situación donde no podíamos ser quisquillosos con la comida.

Era comer, o morir de inanición.

Logré atrapar a la criatura luego de una pequeña persecución. Me resultaba muy difícil acabar con la vida de un ser vivo de esta forma, pero Cael necesitaba comer y la carne era lo único que podía proporcionarle la energía que necesitaba para poder continuar.

Una vez que limpié al pequeño ser lo llevé de regreso a la cueva, Cael ya me esperaba frente a una pequeña ruma de ramas que había amontonado. Me senté y comencé a encender el fuego, y una vez que la llama estuvo encendida acomodé unas piedras de forma en que pudiera cocinarse sin riesgo a que se queme.

Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora