• EPÍLOGO •

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Después de que la pelea terminara Zefer llevó el cuerpo de Giorgio al interior del mausoleo Wolfgang, Clematis lo acompañaba en silencio, pero en ese momento lo que él más valoraba era el apoyo que ella le estaba proporcionando

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Después de que la pelea terminara Zefer llevó el cuerpo de Giorgio al interior del mausoleo Wolfgang, Clematis lo acompañaba en silencio, pero en ese momento lo que él más valoraba era el apoyo que ella le estaba proporcionando. No era necesario que le dijera nada, su simple presencia conseguía que todo lo que había tenido que hacer fuera más llevadero, aunque claro, ser consciente de que sobre sus manos estaba la sangre de su padre y de su hermano, era algo que jamás olvidaría hasta el día en que muriera.

Una vez que lo dejaron dentro ambos se dirigieron a la plaza del pueblo Hanoun, cuando ya se encontraban allí se dieron cuenta de que los aldeanos de My-Trent ya habían comenzado a ayudar a los heridos, y los demás que ya habían conseguido entrar estaban apilando a los muertos en filas para que pudieran ser reconocidos con facilidad.

Clematis caminó en todas direcciones buscando a William, Zefer la acompañaba desde atrás, pero nadie parecía saber nada acerca de él y esto no les dio una buena corazonada a ambos.

—Clematis... —Ian, quien acababa de regresar de traer un grupo de cuerpo se acerco hasta ella. Clematis lo observó y aunque él no dijo nada, ella sabía que algo malo había pasado—. Ven conmigo, por favor.

Clematis comenzó a correr una vez que vio a varias personas de la aldea reunidas, al abrirse paso sus rodillas temblaron y ella cayó al suelo. William estaba allí, sonriendo, con los ojos cerrados como si estuviera dormido.

Ella sujetó su cuerpo y lo aprisionó contra su pecho. Estaba helado, él había fallecido hace varias horas, y posiblemente todo había pasado cuando ellos vieron el humo a lo lejos desde la torre te torturas.

—Lo siento tanto... —le dijo Zefer desde atrás, quien colocó una mano sobre su hombro.

—Me prometió que no haría nada tonto... —masculló ella y los demás al escucharla sintieron que se les partía el corazón.

—Clematis... cuanto lo siento.

Zefer fue el primero en abrazarla, Rick e Ian se acercaron y trataron de consolarla, pero en ese momento, poco o nada era lo que podían hacer para apaciguar su dolor.

Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora