Desde donde se encontraba, Zefer tomó asiendo en cuanto escuchó que la entrada de la cueva era abierta, los tenues rayos de luz que procedían del amanecer se filtraron en el interior y lo iluminaron ligeramente, él entrecerró los ojos ya que al estar tanto tiempo a oscuras, la luz lograba molestar un poco su visión. Una vez dentro Lyra le proporcionó un saludo con la cabeza, inmediatamente se dirigió a el cuenco de agua que estaba un poco más lejos y terminó de limpiar la carne del animal que sujetaba con firmeza entre sus manos.
Una vez que se aseguró que todo estuviera limpio caminó nuevamente cerca de la fogata que había cerca de Zefer y tras cortar una pata del animal con destreza, dejó que el resto se cocinara allí.
—¿No vas a cocinarlo aunque sea un poco? —le preguntó el pelinegro mientras giraba con dificultad su cuerpo.
—Demorará mucho —respondió ella mientras daba otro bocado a la carne cruda—, debo estar alerta en todo momento y preocuparme por la comida en este punto es un lujo que no me puedo dar.Todos los días era la misma rutina, Lyra salía muy temprano por la mañana para buscar el desayuno, si había suerte traía consigo carne de algún animal silvestre, si no buscaba cualquier cosa que hubiera, como frutas o plantas que fueran comestibles. Y así pasaron diez días más en los cuales poco a poco la cantidad de comida se fue reduciendo.
—Los peces ya no están en el rio, las trampas que puse están vacias.
—Es por el invierno —contestó—, en esta época el agua que viene de las montañas está tan fría que los hace moverse a zonas más cálidas en la parte baja.
—Tendré que moverme más lejos a buscar frutos, los lugares a los que iba están vacíos.
—Debemos movernos nosotros, porque al igual que en este bosque, toda esta zona estará con escases durante unos meses.
—Aún no estás en condiciones de moverte —señaló Lyra mientras lo observaba—, todavía te cuesta caminar por las costillas rotas y las heridas de tus piernas.
—Ya hemos perdido bastante tiempo —contestó mientras se ponía de pie pausadamente—, los guardias posiblemente ya deben de haberle dicho a Giorgio que yo caí por el rio, y lo conozco lo suficiente para saber que no descansará hasta que encuentre mi cadáver y se cerciore que estoy muerto.
—¿Estás seguro de que nos estará buscando?
—Completamente —murmuró mientras caminaba en dirección a Lyra, él sonrió cabizbajo—, es hora de movernos, te llevaré a la aldea de Ian y Rik, es el lugar más seguro que conozco para ti en estos momentos.
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Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]
Science FictionResistir es la única alternativa que tienen para sobrevivir. ** Cuando el deber prima sobre el bienestar, todo sacrificio vale la pena. Con tal de gara...