La celebración de la boda terminó a altas horas de la mañana. Giorgio, luego de dar unas últimas palabras de agradecimiento, puso a disposición a su personal para que pudiera guiar a aquellos regentes que vivían en zonas más alejadas a sus respectivas habitaciones, mientras que, aquellos que vivían más cerca de My—Trent fueron partiendo uno a uno en sus ostentosos carruajes a su respectivo hogar.
Como era de esperarse, la servidumbre no tuvo tiempo ni de descansar, en cuanto los huéspedes ya se encontraban en la planta superior, y con el sol ya asomándose en el horizonte, comenzaron a retirar toda la decoración que tantos días les había tomado colocar para dejar el palacio completamente impecable.
Y aunque todos en la planta superior aparentemente se encontraban descansando para recobrar energía, Jaft, en su habitación, iba de un lado al otro seleccionando únicamente lo esencial para poder llevarlo a su viaje.
Eleonor, quien llevaba ya varios minutos viéndolo ir de aquí para allá se sentó sobre la cama y cruzó los brazos bajo su pecho mientras enmarcaba una ceja, su ahora esposo ni siquiera le prestaba genuina atención.
—¿A dónde irás? —escuchó que ella le decía desde sus espaldas—. No me gusta como estás manejando esto, Jaft, siento que estás dando pasos a lo loco solo por concretar rápidamente los planes que tenemos.
Él la había tomado por sorpresa horas antes durante la fiesta cuando le había informado que llevaría a Zefer a un viaje sin sentido, claramente, siendo ella alguien precavida y calculadora, no se fiaba del todo del temple de su esposo para ser llevar a cabo el plan de la ejecución.
—¿Tienes alguna pócima que genere sueño o que logre adormecer a alguien lo suficiente para quitarle la capacidad de pelear? —preguntó mientras metía dentro de una bolsa de tela una muda de ropa simple.
—Sí —le dijo ella de forma escueta mientras se ponía de pie.Eleonor caminó en dirección al ropero, corrió los vestidos colgados y removió la falsa pared de madera, al hacerlo dejó a la vista muchas pociones embotelladas, cada una tenía una etiqueta con un nombre: desde adormecedoras, hasta envenenamientos. Jaft observó los frascos apilados y luego se percató de un libro en particular que reposaba solo en una hilera en la parte inferior, aunque por la premura del viaje no le tomó la debida atención.
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Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]
Science FictionResistir es la única alternativa que tienen para sobrevivir. ** Cuando el deber prima sobre el bienestar, todo sacrificio vale la pena. Con tal de gara...