CAPÍTULO XVII • Golpe aplastante •

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NACIÓN DE MY—TRENT

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NACIÓN DE MY—TRENT

—¿Tienes alguna novedad? —preguntó Giorgio con evidente cansancio mientras un bostezo escapaba de sus labios.

Dormía poco. El tener alguna noticia de Lyra, por pequeña que fuera, no lo dejaba conciliar el sueño perfectamente, y el único momento de falsa calma que lograba tener era cuando se encontraba en la torre de castigos torturando a Shikwa, aunque claro, todo se había vuelto tan monótono que poco a poco estaba perdiendo el interés.

En este punto Shikwa ya no era nada más que una plasta irreconocible. Sus piernas habían sido destrozadas a tal punto que nunca más volvería a caminar, y el cercenamiento del miembro había sido tan tosco y rudimentario, que Giorgio se había visto forzado a pagarle a un curandero únicamente para que el despreciable bastardo no muriera.

—Sí, mi señor —respondió el joven mientras buscaba sus apuntes—. Gracias a los planos que me proporcionó pude comenzar con la fabricación del armamento, he contratado el suficiente personal para poder cubrir la demanda y tener todo antes de lo planeado.
—Excelente —dijo el pelinegro mientras sonreía—. Y pensar que Polakov me vendía el cuento de que la fabricación y era más complicada, no puedo creer que fuera tan simple.
—Es simple para alguien que conoce el mecanismo de estos instrumentos, mi señor —acotó Amorti mientras cruzaba sus piernas—. Polakov era un Hanoun imbécil si me permite decirlo, nunca supervisó correctamente el funcionamiento y es por eso que su propio personal le veía la cara.
—Te doy la razón, Amorti —como si se tratara de un entrañable amigo, Giorgio sonrió en complicidad—. A buena hora decidí darte la posibilidad de cambiar el mundo.
—Y le agradezco infinitamente la confianza, mi señor, para mi es un verdadero placer el formar parte de un hito histórico como este.

Giorgio se irguió en la silla luego de escucharlo. Era consciente de que Amorti era un adulador en extremo, pero también sabía de antemano que aquel Hanoun era ambicioso, incluso le recordaba un poco a él, y aunque sabía que debía ser un poco más cauto con los forasteros, estaba seguro de que la lealtad de Amorti era absoluta.

En su infinita benevolencia le estaba proporcionando una oportunidad única en la vida, los vejestorios jamás le iban a dar un cargo mayor dentro del consejo debido a que era demasiado joven y estaban muy enraizados en el poder, pero Giorgio se dio cuenta desde el primer momento la capacidad de ese muchacho y decidió incluirlo en sus planes.

Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora