CAPÍTULO XXVII • Declaración de guerra •

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FRONTERA DE STRETCO Y WYRFELL

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FRONTERA DE STRETCO Y WYRFELL.

Las estatuas gigantescas de los lobos reposando sobre unas bases de piedra pulida, fueron visibles en cuando logró atravesar uno de los tantos montes. Aquellos delimitadores de territorios habían sido erguidos durante el gobierno de los Jackal, con el único fin de avisar a cualquiera que viniera de Stretco, que estaba a punto de ingresar a un terreno aliado de los Wolfgang.

Apenas había recibido la información de los forasteros, regresó al bar de Lenyt, y luego de despedirse de él y de Micael, comenzó a correr sin descanso de regreso a Wyrfell.

Había dormido y comido muy poco, apenas lo suficiente para poder tener la energía necesaria y continuar.

Cualquier Hanoun en su lugar hace mucho ya habría perdido todas sus fuerzas, pero debido a ese talento que él poseía, pudo hacerle frente a la adversidad para poder regresar en el menor tiempo posible.

Tomó su cantimplora llena de agua y dio un gran sorbo a esta mientras caminaba despacio, para cuando terminó, volvió a guardarla dentro del bolso que llevaba y comenzó a trotar para volver a agarrar el ritmo acostumbrado.

Si bien debería estar feliz porque su misión estaba a punto de terminar, y esto implicaba que recibiría una cuantiosa paga, no podía evitar sentir una espinilla clavada dentro de su pecho. Odiaba traer malas noticias, y en definitiva informarle al regente Argon que su entrañable amigo estaba muerto, era algo que todavía no sabía cómo podría informar.

A medida que se iba acercando pudo divisar muy lejanamente una estructura que no estaba allí cuando partió. Era una carroza con barrotes que estaba estacionada justo detrás de una de las estatuas.

—¿Qué hace eso allí? —preguntó mientras buscaba algún lugar donde pudiera esconderse.

De forma ágil Sefiro comenzó a escabullirse hasta que llegó cerca de la entrada del bosque, se introdujo apenas dentro de uno de los arbustos que tenía más cerca y comenzó a olfatear el aire. Pero no pudo detectar absolutamente nada y esto no le dio una buena corazonada.

Tras varios minutos por fin pudo ver como una persona se acercaba desde la parte baja de la colina. Era un guardia, y por los implementos del uniforme que traía encima, claramente pertenecía al ejército de los Wolfgang.

Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora