CAPÍTULO XXXV • Los caminos me llevan a ti •

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C L E M A T I S

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C L E M A T I S

Ambos continuamos abrazados. Sentí como él depositó con gentileza un beso sobre la base de mi cabeza, me encogí producto de los nervios, pero lo aprisioné más contra mi cuerpo. Él se tensó, pero casi inmediatamente volvió a relajarse. Podía sentir claramente como el corazón se Zefer latía, y el mío estaba igual de intranquilo por el contacto que estábamos teniendo.

Estaba agradecida de que la vida me hubiera brindado nuevamente la oportunidad de volverlo a ver...

Al alzar el rostro nuestras miradas se encontraron, su mano tímidamente comenzó a acariciar mi mejilla, y el suave contacto provocó que mi corazón volviera a latir. Volví a observarlo, Zefer comenzó a acercarse, sentía su respiración acariciando mis labios, pero antes de que pudiera pasar algo más el ruido proveniente del exterior generó que los dos desviáramos el rostro.

Los soldados que me habían rescatado regresaban y los demás celebraban, Zefer trató de poner distancia, pero se lo impedí, agachó el rostro con vergüenza pero por primera vez fui yo la que se encargó de sostener su rostro y limpiar el rastro de lágrimas que estaba presente.

—Lamento haber tardado tanto en rescatarte —me dijo, mientras tocaba por encima las heridas cubiertas por los vendajes.

—Me salvaste la vida —le contesté de inmediato, él agachó el rostro—. Sé que tardaron por ayudar a los heridos de Wyrfell... no sabes cuanto agradezco que lo hicieran.

—Tuve demasiado miedo —confesó, y apegué mi cabeza a su pecho—. No sabes cuanta frustración sentí al ser consciente de que estabas a la merced de esa gente, pero... mierda, fue imposible poder ubicarlos rápidamente, la esencia de Mirella y Lupre atontó por completo mi sentido del olfato, y los soldados borraban cada rastro por donde habían pasado, si tan solo hubiéramos llegado un poco antes no...

—Zefer, estoy bien —lo corté. Ambos sabíamos que esto no era del todo cierto. Había tenido mucho miedo, y aunque tratara de ser fuerte, el dolor que sentía en el cuerpo era algo que jamás había experimentado, pero no podía permitir que Zefer cargara con una nueva culpa—. Lo importante es que pudiste salvarme.

Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora