CAPÍTULO XXIII • Sentimientos •

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Observé el enorme plano de la nación puesto sobre la mesa, Clematis se cruzó de brazos y frunció ligeramente el ceño, la pequeña cicatriz que tenía en el ojo no tardo en atenuarse en cuanto hizo esto

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Observé el enorme plano de la nación puesto sobre la mesa, Clematis se cruzó de brazos y frunció ligeramente el ceño, la pequeña cicatriz que tenía en el ojo no tardo en atenuarse en cuanto hizo esto. Luego de algunos minutos en silencio finalmente tomó una de las figuras de los soldados que estaban justo detrás de la zanja que habíamos cavado y la colocó encima de las murallas de Wyrfell.

—Lo mejor será que ellos apunten desde lo alto —dijo y todos la observábamos.

—¿Considera que es una buena estrategia? —preguntó Rey, uno de los consejeros de la guardia.

—El humo que se formará gracias a la brea siendo quemada les limitará el campo de visión, esto también podría jugarnos en contra. Sin embargo, si atacamos desde una zona un poco más alta podemos disparar con mayor certeza y evitaremos que se gasten tantas municiones.

—Ella tiene razón, Rey —respondió Lorke, el segundo al mando de la guardia real—. Giorgio juega sucio, si nuestros soldados están plantados en la primera línea esto podría ser un gran inconveniente si la batalla se prolonga demasiado.

—Coincido con la señorita Clematis —esta vez fue Luciu, el tercer consejero quien habló—. Necesitamos minimizar las perdidas, en mi experiencia, esta es una buena estrategia.

Tras escucharlos no pude evitar esbozar una sonrisa de orgullo, Clematis sonrió de soslayo mientras asentía, aunque era inevitable no darse cuenta de que se encontraba decaída. Yo me sentía de la misma forma. Desde hace ya varias semanas que no tenemos noticia alguna de mi padre, y por si fuera poco, ella tampoco había podido obtener alguna noticia de William. Ambos éramos conscientes de que enviar vylas mensajeras en este momento era algo complicado, pero ni siquiera los espías que teníamos apostados en lugares estratégicos había logrado obtener noticias favorables.

—Bien, Rey, necesito que informes este pequeño cambio al comandante, necesitaremos que las armas estén ya situadas en la parte superior de ser posible para hoy en la noche.

—De acuerdo, regente Clematis.

—¿La zanja ya fue llenada de brea?

—Correcto —contestó Lorke mientras colocaba una escultura de antorcha encima de la zanja—, el día de hoy se terminó de desplegar el último barril dentro, para este momento ya deberían de haber comenzado a camuflar esa zona, iré a verificar el proceso luego de que terminemos aquí.

Extinción, La resistencia avanza [Saga: LVDLO #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora